21 • Kenma Kozume •

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inseguridad

Si los manuales sobre cómo funciona la lavadora que acabas de comprar fueran sobre cómo funcionan las relaciones todo sería más fácil. Las películas nos ilusionan con encontrar a la persona perfecta y mágicamente todo va resolviéndose solo, te casas, formas una familia y viven felices para siempre. ¿Porqué nunca mencionan lo complicado que se puede volver algunas veces?

Eran tan diferentes y a la vez tan iguales. A tus ojos el era tan perfecto, pero sabías que no era así, como cuando deja todo el cuarto desordenado luego de pasarse toda la noche transmitiendo en vivo y te toca recoger todo en la mañana, o cuando se olvida de apagar las luces de la sala aunque se lo recuerdes todo el tiempo.

Pero esas son cosas tontas, cosas que al final terminas amando de él luego de pasar tanto tiempo a su lado, pues ya lo conocías y te sabías de memoria cada mala costumbre de él.

De igual manera no te quedas atrás, era divertido oír a Kenma quejarse cada vez que no encontraba una de sus camisetas y resultaba que la tenías puesta, o cuando el comía tus tostadas aunque estén quemadas sin quejarse, entre otras cosas que suelen pasar cuando vives día a día con la misma persona.

-¿Otra vez lo mismo? ¿No es más fácil solo hablar como cualquier pareja?- Tanaka, tu mejor amigo de hace algunos años, tomaba asiento frente tuyo mientras te entregaba el café que habías pedido.

-¿Acaso tu hablas siempre con Kiyoko sobre lo que te molesta?- Apoyaste tu cabeza en una de tus manos mientras con la otra le dabas un sorbo a tu café.

-Ahi es en donde te equivocas, a mi no me molesta nada de Kiyoko ella es perfecta.- Como un maldito enamorado suspiraba, no ayudando a la situación.- Pero es diferente, nosotros llevamos un par de años de casados, ustedes son como unos poyuelos que recién entienden lo que es vivir con otra persona que no sean sus padres.

-En este momento me siento algo asqueada por escucharte diciendo cosas maduras.

-¡Lo se! A veces soy genial, no tienes que decirlo así... O tal vez el no es el indicado, no lose, dímelo tú.- Junto sus hombros y esperó de tu respuesta.

Y lo pensaste, y en ése momento te odiaste muchísimo por haberlo hecho. Fue como dudarlo, dudar del amor que le tenías. Pero a veces las cosas solo no funcionan y eso está bien, solo hay que aprender a reconocerlas antes de que lastimen a otros.

-No. El es el indicado, estoy segura. Pero no se si el cree lo mismo y eso me aterra. Me aterra que no me diga lo que piensa ¿Y si solo está conmigo porque no sabe cómo rechazarme?

Tanaka suspiró, al final el te conocía mejor que nadie y sabía que esto te solía pasar.

-¿Desconfias de el o desconfias de ti misma?

Aquella pregunta quedó en tu mente el resto del día, y es que sabías la respuesta. Desconfiabas el no ser lo suficiente para el, o que un día simplemente cansarlo y que decidiera irse, todo esto era por que lo amabas, lo amabas demasiado y eso lo hacía todo aún más difícil.

Estabas leyendo un libro en la cama antes de dormir, era algo que solías hacer para desestresarte luego de pasar todo el día dándole clases a niños pequeños.

Era algo rara la combinación de trabajos, tú tenías un horario definido en donde pasabas las mañanas dando clases de arte en la primaria y en la tarde dando clases particulares y Kenma era más como un alma libre que hacía lo que quería, su gran número de seguidores y sus incontables triunfos en videojuegos le daban la posibilidad de seguir un ritmo de vida algo alocado en comparación a los tuyos, aún así habían logrado acomodarse y acostumbrarse a vivir así.

𝘩𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶 • 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora