Sin piedad

992 74 3
                                    

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de MrBenzedrine y fue beteada por Julietta Regneey.

xxx

—Estás bromeando.

—Al contrario, hablo muy en serio.

Lentamente Hermione se me acerca, con los ojos húmedos, está luchando para contener las lágrimas. Cuando está a un metro de distancia, me suplica.

—Draco...

—Empieza con la blusa —le digo, bebiendo mientras admiro su maquillaje corrido y su labio inferior temblando, ella está haciendo pucheros—. Estoy seguro de que Weasley disfrutará el espectáculo, sé que yo lo haré —sirvo otro vaso de alcohol y extiendo el vaso hacia ella—. Para calmar tus nervios. No soy un monstruo tan malvado, ¿verdad?

—Eso aún no se ha terminado —murmura, mientras endereza los hombros y toma el vaso de mi mano. Nuestros dedos se tocan por solo un segundo, pero es suficiente para hacer que toda mi mano se retuerza y retrocedo. No puedo explicar el sentimiento que me embarga, pero es algo que no quiero volver a experimentar. Estrecho los ojos mientras Hermione bebe el líquido del vaso, sin molestarse en limpiar las gotas de alcohol que corren por su barbilla. Con los ojos marrones ardiendo, ella golpea el vaso sobre la mesa—. Lucha contra esto.

—No hay nada por lo que pelear —sonrío—. Sé una sangre sucia obediente, ahora. A menos que quieras que Weasley se convierta en una hoguera humana.

—No me hagas hacer esto delante de él —susurra ella—. Por favor. Podemos ir a tu habitación. Haré lo que me pidas, solo... no aquí. Por favor.

—Escucha —me río—. La mendicidad no te convierte, amor —mientras chasqueo los dedos, Weasley salta, sacando la navaja que le entregué antes—. Basta de charla. Quítate la blusa, Granger. Vamos a mostrarle a Weasley lo que se ha estado perdiendo.

Al principio, nada sucedió, Hermione seguía rígida como una estatua, desafiante. Y luego, cuando Weasley acerca la cuchilla a su rostro, ella reacciona, inmediatamente desabrochando el botón superior de su blusa. Se detiene por un momento y comienza a trabajar en el siguiente. Una solitaria lágrima cae por su mejilla mientras desabotona el tercer botón, exponiendo algo de su seductor escote.

—No te detengas —le digo, sacando mi varita para quitarle el glamour que se lanzó en el cuello. Tiene un moretón donde la marqué esta mañana, un testimonio visible de mi reclamo sobre ella. Hermione suelta tres botones más, llegando a la parte inferior de su blusa. Extiendo mi varita, moviendo el material blanco hacia un lado para ver su pecho izquierdo, cubierto por un brasier color nude. Su pecho se eleva y cae con su entrecortada respiración. Merlín, es tan tentadora, esta tan temerosa de lo que puedo hacerle. El tipo de poder que tengo sobre ella es mejor que su aceptación, saber que está luchando internamente, gritando en su mente, intentando escapar de mí. Es glorioso saber que ella no lo hará. No con Weasley de pie cerca del fuego, con una cuchilla lista para arrancarse el ojo en cualquier momento.

Extiendo la mano, quitando la blusa de sus hombros mientras simultáneamente la alejo de mí. Tuve que rasgar el material para liberarla, con la tela en el suelo, establezco mi dominio y la agarro, tirándola contra mí, con mi nariz acaricio su hombro.

—Puedo oler tu miedo —mi lengua sale disparada y sigue una línea hasta su cuello. Me detengo en el lóbulo de su oreja y la muerdo con dureza, haciéndola gemir—, shh... ni una palabra ahora, ¿recuerdas? A menos que quieras que Weasley se arranque los ojos antes de que empiece el espectáculo... hm, tal vez no sea una mala idea. —Sin previo aviso, la tomo por el cabello, y la sacudo con fuerza para llamar su atención. Ella chilla, pero no habla mientras se arquea hacia atrás—. Vamos, Granger. No deberías ser la única que grita esta noche, ¿verdad? No seas egoísta —. La llevo hacia atrás y la giro hacia Weasley para que pueda mirarlo—. Dile lo mucho que amas mi polla. Dile que es un patético adora sangre sucias y que tú lo dejaste por . Vamos.

RetorcidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora