Retorcido

Segundo vistazo

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a MrBenzedrine y esta historia fue beteada por AndyGrangerWeasley.

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—Señor Malfoy, una tal señorita Hermione Granger está aquí para verlo.

Mis ojos se movieron del escritorio de mi cómoda oficina en Malfoy Incorporated a la puerta, levanté una ceja ante la visión de mi secretaria. He tenido una semana infernal, aun me quedan cinco minutos de trabajo en la empresa. Una botella de whisky me llamaba desde la mansión, así como una noche de... actividades cuestionables. Sabía que ella eventualmente vendría para hablar sobre patentes y documentos, pero no esperaba que fuera tan pronto.

Estoy desgarrado, una parte de mí quiere darle la bienvenida a la mujer que ha estado en mi mente durante las últimas tres semanas, pero... la parte más oscura de mí quiere tirar todo lo que hay sobre mi escritorio y gritarle a mi secretaria que salga. La picazón está de vuelta y tengo tantas ganas de rascarla. Últimamente, mis obligaciones han aplacado mis demonios internos, pero no puedo garantizar que pueda contenerme por mucho más tiempo.

—Muéstrale el camino.

Ella se veía tan hermosa como lo estuvo en la fiesta del ministerio, aunque hoy lleva ropa más conservadora. Las mujeres con las que me reúno los fines de semana usan ropa más atrevida y están dispuestas a complacer al heredero Malfoy. Sin duda alguna, Hermione Granger preferiría que volvieran a tallar la palabra "Sangre sucia" en su brazo antes de dejarme tocarla. Aunque no puedo evitar preguntarme qué sonidos hace cuando grita... ¿existirá alguna diferencia entre sus gritos de dolor y sus gritos de placer?

—Malfoy —dice ella, caminando lentamente hasta mi escritorio antes de sentarse sobre este—. ¿Cómo estás esta tarde? —es obvio que está intentando aligerar el ambiente, pero yo nunca he sido capaz de fingir a su alrededor. Ni siquiera en nuestra juventud.

—Bueno, viendo que termino el trabajo en cuatro minutos y tu presencia aquí augura al menos veinte minutos extra de trabajo. Estoy seguro de que puede deducir que estoy menos que satisfecho —le doy una sonrisa ladina y me recuesto en la silla.

—Encantador, como siempre —bromea y se sienta en la silla para invitados que se encuentra frente a mi escritorio—. Hay algunas discrepancias que deseo discutir contigo.

—Oh, bien...

—Por ejemplo—ella agita su varita y deja caer una pila de papeles de una carpeta—. Has solicitado que se transfiera una cantidad sustancial de dinero a esta cuenta en el extranjero, pero no indicaste la razón de su uso en la compañía.

«Lleva trabajando aquí menos de un mes y ya se ha dado cuenta de cosas que mi personal ha pasado por alto durante dos años. Quizás no debería subestimarla.»

—¿Y?

—Y —ella frunce el ceño— en caso de que te llamen para una auditoria, tu compañía podría enfrentar multas graves si no puedes explicar que haces con todo tu dinero. Todo lo que necesito que haga es llenar este formulario de aquí —me arroja un grueso pergamino— y luego proporciona la información de la cuenta en este formulario de aquí —otro pergamino rosa flota frente a mi rostro, el cual retiro irritado.

Esta cuenta en el extranjero tiene una razón para estar oculta. Si alguien sabe qué hago con ese dinero extra, podría deducir lo obvio: que no es para la empresa.

—Granger —comienzo, cordialmente—. Malfoy Incorporated te contrató para el asesoramiento legal sobre patentes, no para ocuparte de nuestras bóvedas.

—Si, pero yo...

—Sin "pero". Mantén tu nariz fuera de asuntos que no te incumben —me levanto, recojo mi abrigo y sonrío hacia ella—. Aunque, sigue usando esos tentadores tacones azules, ¿lo harías? Hacen maravillas por tu postura —miro como sus ojos brillan con ira en mi dirección antes de irme. Cuando estoy en la puerta, me doy vuelta y agrego—. Oh, sinceramente no esperas que te deje en mi oficina, ¿verdad?

—Eres imposible —suspira, recogiendo sus cosas. Ella deja el papel rosa, junto con el grueso pergamino en mi escritorio de todos modos. Se detiene junto a mí y siento que mi pulso comienza a acelerarse. Qué interesante es el hecho de que ella sea capaz de despertar tales sensaciones. «Oh, querida... me temo que ya te he echado un vistazo y lo que vi fue más que atractivo para mí.»

—Después de ti —digo, señalando el pasillo.

—Hmph —ella se mueve, pero mis pies se adelantan a mi cerebro y le bloqueo el paso, a pesar de que básicamente la he echado de mi oficina.

—No lo tomes como algo personal, Granger. Trato igual a todos los que se meten en mis asuntos. Si te favoreciera, ¿cómo crees que se vería?

—¿Como un ser humano normal? —ella responde—. Ahora, si me disculpas, llego tarde para reunirme con Ron.

Sonriendo, le permito dejar mi oficina y con ello, mi presencia.

«A la mierda todo. Ella ya está debajo de mi piel. Esta fue la peor forma de terminar el día de trabajo.»

Cuando la puerta se cierra detrás de mí, la vislumbro al entrar al ascensor, la frustración brota por cada poro de su piel.

Tal vez, después de todo, este día no fue un completo desperdicio.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Otra vida se escurre a través de mis dedos mientras el líquido carmesí se derrama en el suelo. Otra vida que he tomado. Podría fingir que no me alegra saber que el individuo sufrió un inmenso dolor en mis manos, pero ¿de qué sirve mentir cuando estoy en una situación tan eufórica?

Mientras apoyo mi mano contra la pared para estabilizar mi mareo, dejo una huella ensangrentada. Últimamente me he vuelto descuidado en mis transgresiones y todo se debe a que la señorita Granger está arruinando mi cerebro. Cada vez que quito una vida, como ahora, no es suficiente. Porque no estaba ella bajo mi control. ¿Cómo es que puedo querer follarla, besarla y matarla al mismo tiempo? No debería tener sentido, pero de alguna manera lo tiene para mí. Tal vez sea porque ha dejado nuevas copias de ese molesto pergamino rosa en mi escritorio durante todo el mes para reemplazar los que tiro a la basura. Ella era demasiado obstinada y eso me hacía desear romperla. No físicamente, en realidad no de esa forma. Solo su alma. Para enseñarle una lección sobre con quién estaba tratando.

Dejo el cuerpo sobre la mesa y subo los escalones de las mazmorras. Limpiare el desastre más tarde. En este momento, necesito una ducha caliente y encontrar a alguien que me distraiga del hecho de que deseo a una mujer que no puedo tener.

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Fin Capitulo Tres

Naoko Ichigo