Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de MrBenzedrine y fue beteada por Julietta Regneey.
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Inhala. Sí... esto se siente... exhala. Perfecto, jodidamente perfecto.
Mis dedos se contraen y mi cuerpo se siente bien otra vez, reprimo la sonrisa demoníaca que quiere aparecer en mi rostro y fijo mis ojos en Weasley, quien enrosca sus largos y pálidos dedos alrededor de la muñeca de Hermione, contaminando el brazalete que le regale. Sus ojos miran expectante a Hermione.
—¿Y bien? —dice él, presionando la mano de ella contra su pecho. Sus dedos se extienden en sus pectorales y estoy tentado a romper la mano de Weasley. Paciencia, me digo, primero tienes que formular un plan. Los Slytherin no son conocidos por ir de frente; preferimos colarnos por la retaguardia.
Hermione pasa su bonita y rosada lengua a través de su labio inferior y frunce las cejas.
—Vas a tener que confiar en mí ahora. Porque lo estás empeorando.
—¿Haciéndolo peor? —la voz de Ron se quiebra—. Dime lo que pasa, Mione.
No puedo ayudarme a mí mismo. Seré condenado si vuelvo a escuchar ese estúpido apodo.
—Su nombre no es Mione —murmuro, acentuando cada palabra—. Es Hermione, idiota.
—Dímelo —Weasley se encuentra con mi mirada, una vez más teniendo la audacia de mirarme como si yo estuviera por debajo de él. «Sólo espera, Weasley. Las cosas pronto cambiaran.»
—¿Draco...? —Hermione susurra y para mi alivio, se aleja del troll pelirrojo y se agacha a mi lado—. ¿Eres realmente... tú?
Parpadeo una vez, dos veces, tres veces, formulando mi mejor imitación de quien soy en público, mezclado con el tímido imbécil en el que me he convertido. Soy bastante convincente, ya que logro sacarle una insegura sonrisa y me levanto, acariciando sus mejillas con mis manos.
—Sí. Soy yo —adoro verla derretirse con mi toque, el alivio inundando sus rasgos.
Weasley se aclara la garganta a nuestra izquierda, descontento. Que se joda. Él obtendrá su merecido. Atraigo a Hermione hacia mí solo para frotarle en su feo rostro nuestra relación, logrando reunir cuantas inútiles lágrimas en mis ojos para dar un efecto extra. Cuando parpadeo, caen por mis mejillas y Hermione las limpia.
—¿Escuchaste una voz? —me pregunta Hermione.
Doy una expresión distante y practicada.
—No. Sólo las voces de El Velo.
—¿Les importaría a los dos darme una pista? —Weasley da un paso adelante—. En serio... todo esto me está dando escalofríos.
—¡Ronald! ¡Sé bueno por un momento y finge que no puedes hablar! —Hermione le dice. Su atención se vuelve de inmediato hacia mí—. Eso es imposible. Deberías haber escuchado a tu Dybbuk.
Me estremezco, listo para el dolor, pero no llega. Nada. Ninguna maldita cosa. Hermione y yo compartimos breves miradas y luego, antes de saber qué ha pasado, ¡zappp!
—¡Mierda! —me dispararon veinte pies hacia atrás, mi cuerpo salió de la plataforma y bajé los escalones de piedra que conducían hacia la puerta. Todo lo que veo es rojo. Mi varita está lejos y estoy sobre mis rodillas, con mi mano me limpio la sangre de los labios.
Un hechizo Bombarda. Pequeña bruja inteligente. Por de la esquina de mi ojo, veo a Weasley prepararse para lanzarme un hechizo.
—¡Accio varita! —su varita vuela de su mano y aterriza en la mía. La sonrisa en mi rostro es prominente cuando me levanto, frotando los músculos adoloridos en mi cuello—. Eso no fue muy bonito, amor. Después de todo lo que he hecho por ti... ¿cómo lo has descubierto?
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Retorcido
أدب الهواةDraco Malfoy siente una extraña obsesión por Hermione Granger. Lo cual es riesgoso, ya que él tiene un siniestro y oscuro secreto. Si se acerca demasiado, ella podría descubrirlo. Dark-fic.