Alma atada

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de MrBenzedrine y fue beteada por Ausie Adeline.

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Mi ropa está empapada, aun así, me arrastro sin rumbo en la morada de Hermione, goteando agua en los pisos inmaculadamente limpios. Supongo que no debería decir sin rumbo, me siento así, pero la mujer de cabello tupido que tengo delante de mí tiene las cosas planeadas. Ella me guía hasta un taburete junto a la barra de la cocina y me sienta. Tan pronto estoy aclimatado, siento que la contracción de mis dedos se desvanece, dejando solo los escalofríos de frío.

Teniendo pena de mí, Hermione extiende las manos hacia mi chaleco, desatando cada botón con lenta precisión. Yo la dejo, no tiene sentido rechazar su cuidado, además, sus dedos son cálidos al tacto. Cuando llega a mi camisa blanca, también empiezan a deshacer los botones. Una vez que termina, camina hacia mi espalda y me quita la camisa de los hombros y los brazos, dejándome desnudo y tan vulnerable como mis emociones.

—¿Qué quisiste decir con el "verdadero" yo? —pido con voz ronca y seca. «¿Cuándo fue la última vez que comí algo decente o tomé un vaso de agua?»

Hermione se posa frente a mí otra vez, con la ropa mojada en la mano.

—Creo que ambos sabemos la respuesta a eso.

No digo nada durante un tiempo, despojado de todo lo que sé que es verdad. Durante años, he aceptado que soy un monstruo. Nunca he cuestionado qué es lo que me convirtió en uno, solo cedi ante mis impulsos de matar tan fácil como si no fuera algo importante. Pensar que no era yo en absoluto... de alguna manera se siente perverso. Como si toda mi existencia fuera de Hogwarts haya sido una mentira.

Finalmente, encuentro las palabras.

—El D-Dy... esa cosa ha estado dentro de mí durante años.

—Sí —ella asiente, tomando mi ropa y colocándola sobre el mostrador cuidadosamente doblada. ¿Por qué hace eso, está más allá de mí, considerando que todavía están húmedos? Luego, pone un taburete frente al mío y toma asiento, con las manos en su regazo.

—Lo he pensado un poco —le digo, situando mi lengua entre mis dientes— y los impulsos solo vinieron después de la guerra.

—Mhmm —asiente de nuevo, con un toque de experiencia en su voz, recordándome a un profesor que observa como uno de sus alumnos está a punto de realizar un gran descubrimiento.

—¿Por qué siento que ya sabes sobre eso?

—Solo dime lo que sabes —dice ella—. Quiero escuchar lo que tienes que decir.

Una ola de ira me invade, pero una mano suave descansa contra mi rodilla.

—Respiraciones profundas, ahora.

Y lo hago, suelto un suspiro después de respirar profundamente hasta volver a estar tranquilo. Me toma unos minutos llegar a ese nivel de relajación, pero la paciencia de Hermione nunca cede.

—Solo empecé después de... bueno, después de la Batalla... —las palabras son difíciles de formular, pero encuentro la voluntad— ¿hay alguna posibilidad de que alguien que murió entonces me esté poseyendo ahora?

—El pensamiento se me había ocurrido —no hay shock. No hay aspecto desconcertado. Simplemente me dio una respuesta simple, con un toque de emoción en ella.

—Oh, ¿lo pensaste? —mi voz canta con sarcasmo, con la esperanza de quemar algo de ese entusiasmo en sus ojos—. Y dime, ¿cuándo planeabas hablarme de esto, tal vez solo la información vital que podría usar para expulsar lo que sea que tenga dentro, ¿a quién esté dentro de mí?

RetorcidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora