Retorcido

Retuércete para mi

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de MrBenzedrine y fue beteada por Julietta Regneey.

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He tenido suficiente, me niego a dejar que una mujer se interponga en lo que tengo. Nuestro mundo estaba bien antes de que ella llegara y estará bien cuando se haya ido. Claro, ser capaz de destrozarla ha sido una gran ventaja, pero soy un hombre bien parecido. Puedo encontrar otro cordero para profanar.

—Es tu día de suerte, sangre sucia —la atormento, mi polla todavía está dentro de ella. Es cierto que la perspectiva de haber sido empujado hacia atrás dentro de mí mente me sorprendió por un momento, pero recuperar el control de mi brazo una vez más y ver a Weasley desangrándose frente a nosotros me tiene muy emocionado—. Cuando termine de follarte, te daré un lugar especial en el calabozo personal de Draco Malfoy —mis caderas se balancean hacia adelante, una y otra vez. Una de mis manos permanece envuelta alrededor de su garganta mientras la otra está en sus pezones, alternando entre ellos para darles tirones y pellizcos. Siento que su garganta se mueve bajo la palma de mi mano. Ella grita, pero mi silencio no le permite emitir sonido alguno. Puedo sentir el sudor rodar por mi frente, puedo sentir la acumulación de placer—. Que... que adorable... coño tienes... —finalmente, libero toda mi frustración sexual y la lleno con mi cálida y pecaminosa semilla—. Buena perra —le susurro al oído—. Puedo sentirlo, sabes. Está llorando, igual que tú —me retiro y veo mi esencia gotear de ella. Es glorioso y enciende mi lujuria de maneras que no sabía que se podía. Pero no es una lujuria sexual, no, es la posibilidad de poder hacer lo que quiera con Hermione Granger.

Retiro el hechizo de sus brazos y la lanzo hacia adelante sobre la mesa, sus rodillas cuelgan precariamente en el borde. Admiro su coño extendido, sabiendo que ella es toda mía, me tiemblan las manos. Eso me recuerda que debo tomarme mi tiempo y saborear los pequeños momentos de la vida. Le golpeo el culo con mi mano, sonriendo.

—La diversión apenas está empezando —luego le doy la vuelta, la recojo en mis brazos y la cargo mientras me da patadas y se mueve contra mí. Clavo mis uñas en su hombro y muslo, advirtiéndole que se quede quieta. Cuando ella se niega a escuchar, la levanto sobre mi hombro y le muerdo el muslo. Ella golpea mi espalda mientras la saco de la habitación, dejando a Weasley atrás. Sus silenciosos sollozos me piden que regrese por él, pero preferiría que se desangre en el suelo. Los elfos domésticos lo limpiarán más tarde. No estoy preocupado por el desastre.

Por los escalones nos dirigimos hacia mi mazmorra personal.

—Sigue luchando y te golpeare —ella tímidamente frena sus movimientos hasta que se queda inmóvil.

Mi espacio de trabajo está limpio; la siento sobre la fría mesa de metal que compre hace dos años y comienzo el tedioso proceso de abrochar las correas de cuero sobre sus hombros y el torso. Mierda, es tan hermosa cuando pelea, la golpeo con fuerza en la mejilla mientras intenta morderme. Su cabeza cae a un lado, inconsciente. Cuando estoy seguro de que está atada a la mesa, recupero una cinta de seda de una bolsa cerca de los escalones. La ato sobre su boca. «Joder sí.»

—Tan hermosa —susurró mientras arrastraba mis dedos por sus mejillas manchadas de lágrimas. Echo un vistazo a la mesa de metal y me doy cuenta de que no combinan con ella, un cuerpo tan delicado merece restricciones delicadas. Un rápido hechizo de transfiguración hace que las correas coincidan con la tela de seda que esta sobre su boca, aunque todavía tienen las mismas propiedades de restricción que antes. Ella comienza a recuperar la conciencia—. ¿Qué piensas? Querías que me abriera contigo, ¿verdad, Hermione? Bueno, aquí estamos —señalo las paredes de piedra y las herramientas ubicadas en una mesa cercana.