— ¡Feliz cumpleaños Tae! —
Ten extendió una pequeña caja cubierta por papel periódico, pero con una enorme sonrisa que fue contagiosa para el castaño que tomo el presente.
— Tiene que gustarte — recalco Ten casi como una orden, aunque supiera que no era así – Trabaje muy duro para comprarlo —
Taeyong desenvolvió para encontrar una caja mal hecha y dentro de ella una playera blanca con decoraciones en varios idiomas que a primera instancia no entendió.
— Es la palabra "amigo" en varios idiomas — continuó Ten orgulloso —
El pelinegro ni siquiera tuvo que preguntar como es que sabía eso, Ten era experto en meterse en los lugares que no debía, desde la biblioteca fuera de horario hasta escuchar algunos de los cursos que solían recibir los maestros, para después quejarse de lo malas que eran al impartir los cursos y en la mayoría recibía un regaño que no duraba más que un par de días antes de que Ten hiciera algo de nuevo, era una forma que encontraba divertida.
— Gracias Ten, me ha encantado —
— Más vale, me costó muchísimo poder conseguir la playera — continuo — Ahora apaga la vela y pide un deseo, uno real —
Y Taeyong estaba seguro que había sido así, miro el pequeño cupcake que probablemente Ten había robado de la cocina con un palillo que fungía como vela, era lo más que podían conseguir un par de chicos huérfanos en medio de un orfanatorio.
— ¡Chittaphon! ¡Taeyong! —
Ambos chicos se miraron para que Taeyong soplara rápidamente la vela, básicamente trozaron el cupcake y se lo metieron a la boca para con un inentendible "corre" comenzar a correr.
Aun así, Taeyong agradecía que Ten tratara de hacer los cumpleaños lo más memorables de acuerdo a sus posibilidades, algo con lo que él también se esforzaba con la única diferencia de menos problemas de por medio.
— ¡Alto ahí niños! —
Desde que Ten había llegado a los siete años a Taeyong le había costado nada comenzar a estar involucrado en la mayoría de los problemas, Ten solía ser un chico cuya inquietud era impresionante, brincaba de un lado a otro sin importarle mucho.
Cuando llego hablaba apenas muy poco de coreano, pues siendo tailandés había sido un reto, uno que había superado con creces y en un par de años hablaba más idiomas de los que la mayoría, incluido el mismo Taeyong.
Ten pocas veces era considerado para ser adoptado, su madurez y su personalidad mordaz solía ahuyentar a la mayoría de los padres, eso sin contar las dos veces que se había escapado antes de llegar a la casa hogar donde se encontraba junto a Taeyong, su historial no era el mejor y sin embargo Ten estaba bastante orgulloso de lo que hacía y de lo que haría en un futuro.
— ¿Por qué no quieres que nadie te adopte? — pregunto Taeyong mientras ambos limpiaban la cocina como castigo, uno con más empeño que el otro — Podrías encontrar una familia que aliente esas ganas de grandeza que tienes —
— Si mi propia madre no me quiso ¿Por qué alguien más lo haría? —
Taeyong suspiro, Ten había sido abandonado por su madre a los dos años de edad, más de una vez decía que poco recordaba y no era que no hablara de ello, de hecho hablaba lo suficiente para dejar en claro que la odiaba y que no la necesitaría para salir adelante, Taeyong siendo más sensible solía llorar por él, aunque Ten le dijera mil veces que no lo hiciera.
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Big chances, Big mistakes
RomanceTaeyong haría lo que fuera por tener a Chenle con él, aunque quizás debió ser más específico en "lo que fuera", mientras Doyoung tiene todo bajo control, excepto todo lo relacionado con Jaehyun.