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Ten recordaba perfectamente el día en que había sido trasladado, sin previo aviso lo habían subido a un vuelo y entonces en unas horas se encontraba de nuevo en Tailandia, algo que debía ponerlo feliz, pero no lo estaba, porque sentía que no tenía que hacer absolutamente nada en ese lugar, su familia estaba en Corea.

Los chicos del orfanatorio eran realmente crueles, siendo "el nuevo" lo veían como carne fresca, pero Ten podía ser todo menos idiota, por lo que en más de una vez se metió en peleas, algunas perdidas otras ganadas, siempre con un castigo al final.

Cuando finalmente logro comunicarse con Taeyong, este se escuchaba tan preocupado que Ten no fue capaz de decirle nada de lo que pasaba, opto por decirle un par de cosas y avisarle que se iría de ese infernal lugar, porque no creía poder esperar más.

Relativamente había sido sencillo, memorizar algunos horarios, hacer un poco de vigilancia y más rápido de lo que imagino estaba fuera.

Y si dentro del lugar era un infierno fuera no era un paraíso, le costó rogar por un empleo con el único fin de enviarle un presente a Chenle, el comer pasaba a segundo plano, cada cumpleaños de Taeyong llamaba para felicitarlo, pero su cumpleaños era el peor, solo y alejado de sus amigos se sentía jodido y acabado.

La navidad se acercaba y Ten se sentía condenadamente solo, pero el dinero que poseía aun no alcanzaba para viajar a Corea y entonces la idea más loca paso por su mente.

Haría lo que fuera por dinero para regresar, podría mentirle a Taeyong y saliendo de ese país nadie sabría absolutamente nada.

Se encontraba comprando un poco de comida, con la idea de por donde comenzaría su nueva vida nocturna.

Maldita navidad murmuro buscando el ramen más económico Pone a todos locos por las ofertas diviso el estante ya casi vacío Y yo lo necesito más que tomo el último tazón, pero alguien más lo tomo al mismo tiempo Suéltalo infeliz, yo lo vi primero hablo de inmediato

Pero yo lo tomé primero respondió el chico frunciendo el ceño Eres un chico demasiado grosero

Y violento, así que dame eso

Pero aquel chico no cedió, contario lo miro con algo de molestia.

¿Kun? ¿Qué haces amigo? diviso a un par de chicos más ¿Pasa algo? ¿Necesitas ayuda?

Un grupo de amigos, amigos como los que él no tenía, como los que tenía lejos, en problemas y él no podía simplemente decir "Necesitas ayuda" y brindarla porque era un miserable infeliz que no tenía nada.

Involuntariamente sus ojos se llenaron de lágrimas y soltó la sopa para salir de ese lugar, ni muerto permitiría que alguien lo viera así, camino a prisa por el lugar hasta salir.

¡Oye!

Escucho el grito y simplemente comenzó a correr.

¡Oye! ¡Detente!

¡Déjame en paz!

El chico finalmente le dio alcance deteniendo su paso, pero Ten ya estaba demasiado roto y se dejo caer para comenzar a llorar, aun en contra de su voluntad, en medio de aquel gran y solo estacionamiento. Como su vida.

¿Qué pasa?

Estoy llorando porque perdí el paquete de ramen ¿No es obvio? respondió intentando parar el llanto Ojalá te salga podrido

Big chances, Big mistakesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora