Capítulo 26: Desesperación...

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El eco del agua era lo único que podía escuchar en esa habitación, la sombra que daba la única fuente de luz que apenas tocaba sus pies se hacía más grande. No tenía que ser un genio para saber quién era esa persona.

- veo que aún no te has muerto... eres más resistente de lo que pensaba – aquella voz lúgubre le hizo temblar y encogerse en sí. Aun así no podía ocultarse de esos ojos que parecían verlo todo... - Kaigaku –

Kokushibo le miro allí, tirado en el piso, al último pupilo que le quedaba... era demasiado patético.

Cuando Akaza regreso con el no quiso siquiera irlo a ver, dejo que los hombres de Muzan se encargaran de torturarlo y sacarle toda la verdad de lo que les pudo decir a los pilares. Bastantes días pasaron, pero Kaigaku no dijo una sola palabra, exigiendo solo una cosa para confesarlo todo.

Y por eso él se encontraba allí...

Quería escucharlo.

Pero aquella visión solo daba lastima.

Kaigaku era un alfa de fuerte contextura y ahora estaba famélico, con cortes entre sus dedos, tobillos, muñecas y gargantas... con tres dedos roto y la mitad de una oreja.

Quien le hizo todo aquello de seguro es alguien sádico. Pero las filas de Muzan estaban llenos de gente así...

- Maestro – intento moverse en vano, las cadenas lo sujetaban fuertemente de los tobillos – no... no los traicione – dijo con la voz seca por deshidratación o por el dolor.

Pero Kokushibo no creía en sus palabras, después de todo, el llego a traicionar un bando en un primer momento, nadie podía decir que no volvería hacer lo mismo, Kaigaku no era alguien de fiar. La única razón por la que ese niño había llegado bajo sus manos fue por su tenacidad y ambición...

Pero hasta alguien como Kokushibo podía reconocer cuando estaba frente a un cobarde.

- no vine para escuchar excusas – le cayó - ¿Por qué solicitaste que viniera? –

Las amarillas lo fulminaron... haciendo que el menor tragara seco.

- debe prometer... sacarme de aquí – listo y avaricioso dijo sus condiciones.

- ¿Por qué habría de cumplirte algo tan absurdo después de tu fracaso? –

Kaigaku subió su mirada verdosa, con una ligera sonrisa de superioridad, al mayor le dio asco esa cara.

- porque tengo algo que usted desea... - Kokushibo entre cerro los ojos en duda... normalmente era más cuidadoso, podía ser una trampa, podía ser una manera de encontrar al traidor dentro del norte... ¿Por qué habría de confiar en el de nuevo? – algo que Muzan desea –

- ¿de qué hablas? –

- le daré ventaja sobre el mismo Muzan... Maestro – Kokushibo ya había escuchado suficiente queriendo salir de allí – le diré dónde está el omega de los pendientes Hanafuda –

El mayor se detuvo en seco...

No podía ser, nadie sabía dónde estaba ese niño.

- estas mintiendo –

- no... incluso sé que alfa lo protege -

-.-

No esperó poder abrir los ojos de nuevo y ver el sol relucir otra vez...

No esperó estar con vida al final... pero allí estaba, se habían apiadado de él dándole una segunda oportunidad.

Los días pasaron y fue recordando porque estaba allí y por qué había perdido un brazo. Senjuro lo visitaba todo el tiempo que podía, cada día mejor que el anterior al ver que su preciado hermano mayor se iba recuperando. No le sorprendió de ver a su padre, ya se esperaba que los rumores de su misión llegaran a los oídos del estricto anciano, para Shinjuro era un fracaso de alfa que había dejado morir a sus compañeros y para colmo perdió un brazo...

:Corazón Resiliente:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora