Capítulo 1: El desertor

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Tanjiro, cariño... por favor no te salgas del sendero.

Aun podía ver el rostro de su madre, preocupada mientras le aseguraba que todo estaría bien, después de todo era solo un viaje de ida y vuelta. Recogería las medicinas y regresaría a la casa, así de fácil...

- lo siento... mamá - Solo esperaba que su madre lo perdonara por no hacerle caso.

Aquella tornamenta de nieve había llegado de la nada

Su respiración era cada vez más pesada, y aun que el viento sople fuertemente contra su rostro y sus piernas puedan sentir la nieve cortándole el paso, sentía calor... mucho calor. Tanjiro aún no podía entender por qué su pecho palpitaba tan rápido, porque su cabeza dolía o porque su vientre palpitaba. Se sentía como si su cuerpo fuera ajeno, como si le perteneciera a otra persona, sus entrañas parecían quemarse desde dentro, quería desesperadamente que aquello terminara.

Llego un momento en que no pudo continuar caminando, cayendo en la suave nieve.

Y así se quedó unos minutos... con sus ojos rojizos viendo aquella blanca capa que cubría todo lo que estaba sobre la tierra, las raíces, las ramas... incluso a él.

- me siento... muy cansado – tenía entre sus manos la medicina, pero de nada servía si no podía llegar a su casa – lo siento mamá... - repitió, de verdad queria que su madre lo escuchara. Tanjiro siempre fue un hijo fuerte y saludable, en especial desde que murió su padre y se convirtió en el sostén de la familia Kamado - Nezuko y los demás de seguro están muy preocupados... - el cansancio le estaba ganando, si cualquiera pudiera verlo diría que estaba alucinando, hasta él lo creía, en especial al ver una sombra acercarse - lamento tener que causarles problemas – sus parpados pesaban.

- ¿acaso quieres morir aquí? –

Aquella voz le mareo un poco, ahora su alucinación parecía ser muy real, pudo sonreír, aun que en esa situación parecía un poco sínico, nadie más que el estaría lo suficientemente loco para salir en una tormenta de nieve. No pudo definir un rostro a pesar que estaba tan cerca, tal vez por eso la alucinación, seguiría siendo una alucinación...

- no... no quiero – ¿Quién lo querría?... aun en su precaria situación, Tanjiro se negaba a morir. Rio por lo bajo y extendió una de sus manos – ayúdame... por favor -

- bien... fue tu decisión... - pudo ver como unos finos labios eran apretados, aun así su alucinación dudaba en ayudar. Que mezquindad.- no te vayas a arrepentir –

Tanjiro sintió en medio del frio del exterior y su fiebre que crecía, como un aroma lo envolvía por completo... un aroma que jamás había olfateado antes... y pensó... ¿Cómo podía arrepentirse de eso?

-.-

- Tanjiro-chan... felicitaciones a tu hermana por el nuevo bebe – aquella mujer le sonríe de oreja a oreja... Tanjiro se ve algo conmocionado, sin saber qué hacer, con el dinero de las verduras en la mano.

- ah sí... gracias Hamiya-san – sonríe con los labios apretados, algo perturbado. Conocía a la dulce anciana que le gustaba darle cosas gratis a la gente a cambio de jugosos chismes... ¿Por qué le había tocado a él? - ¿Cómo lo supo? -

- eso es lo de menos... pero te digo que es comidilla del pueblo... tu hermana, siendo una omega con esa discapacidad... espero que su alfa sea alguien decente. Mira que es el deber de un omega estar debidamente casado... que te lo digo yo – la tención podía sentirse, Kamado Tanjiro era un joven amable y por eso dejaba que la señora Hamiya hablara hasta que se cansara. Pero ahora estaba tieso, no le gustaba que su hermana fuera habladuría de nada. – ni siquiera sabía que la pretendían –

:Corazón Resiliente:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora