Capítulo 8: Escandalosa Distracción

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Zenitsu a pesar de estar constantemente lloriqueando por los pasillos, debido a sus dolores lumbares, los tobillos hinchados y el peso extra que lo hacía ver gordo, era bastante dinámico... así que no le molestaba vigilar por un rato a los hijos de su amigo.

Pero entonces Nezuko se fue a dormir... y el desastre comenzó.

- ¡oye tú! ¡Deja de comerte los mocos! – el rubio fue rápidamente a donde uno de los gemelos con un trapo para que se sacudiera la nariz. - ¡bájate de allí! ¡Eso es peligroso! – el menor de los varones le mira con el ceño fruncido desde la parte más alta del mueble. Agamatsu aún no entendía cómo es que llego allí – ¡Kentaro ya deja esos postres! ¡Comiste suficiente! –

- ¡Delicioso! ¡Delicioso! – pero el otro gemelo no le hizo mucho caso.

- ¡al menos mastica lo que comes!... rayos te dará indigestión – decidió rendirse cuando el niño iba por su cuarto postre. Todos los varones eran un verdadero desastre cuando su amigo de cabellos burdeos no estaba cerca, bueno aun que los gemelos ni siquiera se esforzaban en portarse bien en ningún momento. El llanto de la más pequeña de la casa sonó estridente y estuvo tentado a llamar a alguien más a que la atendiera, pero ni siquiera con Murata pudo acudir, había a acompañado a Tanjiro al mercado. Tampoco quería despertar a Nezuko... tomo aire, decidido se fue al pequeño espacio donde estaba la bebe que había sido despertada de seguro por sus constante griterío. Aun que si era honesto, de verdad no le agradaban los bebes tan pequeños – Hoooolaa... - y lo hizo con las mejores de las intenciones, incluso le sonrió como Tanjiro le aconsejo. Pero aquella niña le odiaba más que a todos en esa casa, lo supo al ver el ceño fruncido y el puchero que hizo a penas le vio – tu tampoco me agradas –

¿Cuánto se tardaría Tanjiro en regresar?

-.-

Ryoka se aferró de la mano del mayor, aun podía acordarse de cuando se perdió por primera vez en ese lugar, era algo aterrador. Tanjiro le miro con una sonrisa en el rostro y el menor se sintió algo más tranquilo.

- no debes ponerte nervioso Ryoka... estoy aquí contigo –

- si –

Murata le pareció bastante tierno aquella escena, para el beta era realmente increíble la infinita amabilidad y paciencia que tenía aquel omega. Suspiro, si tan solo todos los niños fueran tan bien portados como lo era el pequeño Ryoka, las cosas serían más sencillas. Aun se ponía nervioso de cuando le tocaba cuidar de los niños y Tanjiro no se encontraba o Nezuko tomaba su siesta... era algo aterrador de presenciar. Incluso le daba un poco de lastima el joven Zenitsu...

Tanjiro amaba a todos los niños por igual, pero se había llevado a Ryoka con él por un deseo egoísta de pasar más tiempo con el pequeño peli negro. Si lo pensaba bien, Ryoka y él son bastantes parecidos, ambos eran los hermanos mayores, y así como él, Ryoka es paciente con todos sus hermanos, siempre ayudaba a Shinto a bajar cuando se quedaba atorado en sitios muy altos, Jugaba con los gemelos cuando quisieran y a lo que quisieran, aun sí no quería jugar... y a veces lo descubría tarareándole canciones de cuna a Ume cuando no podía dormir.

Ryoka era un dulce hermano mayor y Tanjiro estaba bastante orgulloso de eso. Tanto que a veces le gustaría que fuera más ambicioso, que se quejara por pasar más tiempo con él, que peleara con sus hermanos o pidiera algún capricho... pero no lo haría, Ryoka era muy amable para ser un poco más egoísta.

Pronto seria el cumpleaños de Ryoka y sería fantástico si pudiera comprarle algo que le gustara, el pequeño niño se quedó viendo una tienda llena de cosas infantiles... Ryoka jamás lo diría, pero sabía que le gustaba esa hermosa temari guindada al borde del puesto.

:Corazón Resiliente:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora