Sakura:
Mis nervios a flor de piel quieren hacer mella en mí, Momo me ha dicho que estoy perfecta como estoy. Quería dar una mejor impresión a ese hombre, un pantalón de mezclilla y una blusa tres cuartos no son lo adecuado para mí primera entrevista.
Si entrevista, así estoy tomando ya esté trabajo, en serio y comprometido. Mientras voy tras Momo mi corazón se quiere salir de mi pecho. El dueño de esa famosa pastelería está esperando en uno de los salones del templo.
Al llegar y la puerta abrirse, Momo entra primero y yo tras ella, con algo de vergüenza. Un gran ventanal nos recibe, en el centro está parado la silueta alta de un hombre.
Está de espaldas mirando a través de la ventana el inmenso jardín de rosas. Momo llama su atención y voltea para vernos.
Lo que veo me deja perpleja, un hombre muy apuesto, no pasa de los treinta años, cabellos negros que caen por su frente, y unos ojos grises que brillan demasiado al observarme con curiosidad.
—Señor Chung—dice Momo—.Ella es Sakura.
Estoy estática, no sé qué hacer o decir, esperaba a un hombre mayor como la edad de mi padre, su mirada intensa me desnuda y trago pesado.
—Un gusto, Kimura Chung—reverencia sin dejar de observarme—. Me ha dicho la señora Momo que estás en busca de trabajo y yo necesito a una persona con urgencia en la caja de mi negocio.
—Yo...si, así es señor—no sé qué me pasa, ni cuando tuve mi entrevista con Ming me sentí así—. Espero serle de mucha utilidad.
Sonríe de medio lado¡Dios esa mirada y sonrisa las ví una vez y hasta el día de hoy no lo he olvidado!
—Bien, si no tienes nada que hacer me gustaría que me acompañes al negocio para que te familiarices con él—me dice dando vueltas con los brazos en su espalda.
Momo me palmea la espalda con suavidad para decir algo pero, estoy tan nerviosa.
—Sí claro—respondo sin temblar—. Si me lo permite puedo ir a cambiarme de ropa¿ Por favor?
Su mirada seria me atraviesa, me sonrojo y bajo la mirada, creo que no le gustó mi sugerencia. Pero al parecer Momo no le ha dicho sobre mi estado y deseo pasar desapercibida.
—Para mi está perfecta como esta señorita Sakura, espero no incomodarla con tutearla—me dice con tranquilidad.
—Claro que no—respondo con simpleza.
—Entonces vamos, mi auto está esperando, nos vemos el fin de semana Momo—dice sonriendo.
—Claro Chung serás el primero en dar lata por acá, ya estoy acostumbrada, eso sí te advierto que cuides bien de esta joven—dice mirándome y él regresa el gesto—. Te la encargó que me la regreses sana y salva.
Me sonrojo por ello, Momo me está dejando como una pequeña niña, el señor Chung me observa y sonríe. ¿Qué tiene su mirada y su sonrisa que me brinda calidez?
—Descuida, así será—me abre la puerta para salir y antes de irme Momo me mira con mucha ternura y tranquilidad.
Si ella confía en él, entonces le haré caso, salimos fuera del templo, un enorme auto en color plomo nos espera.
De su bolsillo saca un pequeño control remoto y desactiva los seguros, conozco estos autos porque mi padre y hermano tienen sus autos con ese tipo de mecanismo.
Me abre la puerta y solo al sentarme un olor a menta con sándalo me recibe, el aire acondicionado y lo amplio de los asientos son como para quedarme dormida. Sube a mi lado y yo me intimido.
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𝙐𝙣 𝙍𝙚𝙜𝙖𝙡𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙢𝙤𝙧
RandomSakura, una bella mujer de 22 años con un buen empleo de secretaria en una empresa de renombre, tendrá que sobrevivir una dura prueba. Una noche de tragos y escesos, se volverá envuelta en un momento de pasión y deseo con un empresario de origen chi...