Capitulo 2

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El tiempo tiene mil estaciones y varios rincones a donde puedes estar con o la persona que te gusta, o la que te excita de una manera que jamás pensaste, la magia del momento es una ayuda muy poderosa para dejarte llevar y peor aun si esa persona esta dispuesta a dejarse llevar contigo.

Ambos castaños seguían excitados o mucho mas que antes, la ojiverde lo miraba de reojo el iba con el auto mirando de frente pero también habia momentos en que el le devolvía la mirada con una intensidad que la desarmaba completamente.

Mientras iban a su destino el hizo unas llamadas, pero ella no entendió nada ya que el hablaba siempre en el idioma natal de su país, China, en ese momento ella se dio cuenta de donde provenía, escucho a Ming muchas veces conversando en esa misma lengua.

Ella quiso por un momento romper el hielo, al menos quería saber el nombre de la persona con la que va a pasar toda la noche y peor aun que le hará ver las estrellas muchas veces y no es que se lo haya dicho es solo cuestión de ver al hombre a su lado para ver que era un tipo meramente varonil y condenadamente sensual y atractivo multiplicado por un millón.

_Este...yo me gustaría.-Pero no pudo seguir hablando ya que la silencio con un beso que la agarro desprevenida, pero no era uno cualquiera, al contrario la dejo mas embobada que nunca.

_Te importaría si estando solos y cómodos, podemos hacernos preguntas y porque no talves ver el porque nos hemos puesto así el uno por el otro?-Dijo el castaño con la voz mas ronca y sensual que hizo que la ojiverde se sintiera húmeda en ese momento.

El auto se estaciono en una puerta marrón, al ingresar la ojiverde se dio cuenta que solo en el lugar entran autos particulares, al llegar a la caseta de bienvenida un hombre le entrego unas llaves al chino y el dirigió su marcha no sin antes el hombre mirar a una sonrojada castaña.

El auto siguió su camino y paro en una especie de casa, al bajar el le ayudo a ella a hacerlo y vio a su alrededor, habían muchas iguales pero separadas por un metro de distancia cada una.

El la jalo de la mano y puso su brazo en su cintura e hizo que ingrese con el.

Al ingresar al lugar era muy acogedor, la castaña comenzó a mirar todo detenidamente, una cama amplia con unas bellos doseles, en una mesa habia vino y champaña, con dos copas ademas cosas para comer como snacks, cigarros y hasta condones.

El ambarino cerro la puerta con seguro por precaución, se apoyo en el marco de la puerta y comenzó a mirar con mucho deseo a la ojiverde, a pesar que ella esta de espaldas veía en ella un cabello precioso hasta los hombros, una cintura y caderas perfectamente coordinadas con su porte, unas bellas piernas que lo estaban empezando a secar la garganta y la boca y su erección volvía a despertarse.

Se acerco sin darle tiempo de reaccionar y la tomo de la cintura y poniendo su mentón en su hombro, la ojiverde sintió su erección en su entrepierna, para colmo la falda no le ayudaba en nada y su corazón comenzó a latirle desenfrenadamente y las piernas querían desfallecer en ese momento.

_Jamas me habia pasado esto con nadie, no lo entiendo que me has hecho pequeña bruja.-Dijo el castaño sin dejar de besarle el cuello, la nuca y morderle el lóbulo de su oreja.

_Así que una bruja ehh?-Dijo ella con toda la excitación y el jadeo encima.-Bueno tu tampoco te quedas atrás, tus ojos son como imanes que me arrastraron hacia ti.-Dijo ella dándose la vuelta quedando frente a frente.

Al estar así, la ojiverde se dio cuenta de lo alto que era, sus cabellos revoloteados caían por su bella frente y solo con el tacto que le hizo se estremeció de una manera única, sin darse cuenta comenzó a temblar solo con ese contacto,sus manos empezaron a tocar su bello cabello, bajando lentamente por su bello rostro, sus labios empezaron a llenarla de besos delicados, comenzó por su frente, sus ojos, sus mejillas y hasta que llego a sus labios no se detuvo para devorarlos, se estaba haciendo adicto a ellos.

𝙐𝙣 𝙍𝙚𝙜𝙖𝙡𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙢𝙤𝙧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora