Capítulo 13

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La bella joven que ha ingresado a la oficina de Shaoran no deja de sonreír. El magnate chino está tan deslumbrado en volver a verla, que se olvida de todo e incluso de la cortesía.

La sonrisa de bobo no se le borra, en su mente como una película se recrea todo lo que en la universidad vivió al lado de la que alguna vez su corazón amó.

—A-akiho—su voz suena un poco baja pero la joven lo escucha muy bien—. Que sorpresa.

—Disculpa por llegar así a tu oficina Xiao-Lang—se acerca lentamente al hombre que la sigue con la mirada—. Acabo de llegar de Inglaterra, necesitaba verte.

Shaoran abre los ojos un poco sorprendido por su comunicado. Logra moverse de su lugar y es donde toma su mano y se la besa con mucha ternura. Pero se percata de algo en su dedo medio, un hermoso anillo de diamantes en color rosa, eso significa una sola cosa.

La joven está comprometida, y eso le está cayendo como un balde de agua.

Los ojos de la joven junto con su sonrisa le muestran lo mismo de hace años, amabilidad, dulzura, pero sobretodo mucha calidez, pero esa calidez jamás tuvo intenciones de convertirse en algo más que él en su momento quiso; amor.

—Toma asiento por favor—suelta su mano con algo de incertidumbre—. Hace varios años que no sabía de ti—el empresario vuelve con su semblante sereno y amable.

—Hace dos años terminé mi carrera de asistencia social. Es por eso que estoy acá—cruza sus piernas contorneadas y bellas.

Shaoran desvía su mirada a sus papeles para poder tratar de no pensar en cosas que no son adecuadas.

—¿Y qué es lo que tu carrera y la mía pueden tener en común?—pregunta extrañado.

—Mucho, tengo una fundación que he creado con mucho cariño y amor, se llama "Enlazando Corazones" nuestra misión es buscar  personas de buen corazón que deseen intervenir y mensualmente colaborar con nuestra fundación. Tengo varias ONGS con el mismo nombre, en dos semanas viajaré a Japón a la inauguración de un nuevo albergue, es un sitio pequeño pero acogedor fuera de la capital.

—Todo eso suena increíble Akiho, pero...no entiendo que deseas que yo haga.

Akiho solo sonríe y mueve su cabeza, sigue viendo al mismo muchacho de hace cinco años atrás, despistado y sin poder captar los mensajes.

—Quiero que tú seas uno de mis benefactores Xiao-Lang, me faltó explicarte que mi fundación se encarga de apoyar a mujeres de bajos recursos embarazadas, y que por algún motivo es que fueron retiradas de casa o expulsadas por los mismos padres. La mayoría de ellas es porque el progenitor de cada bebé, no se hace responsable o desaparece sin dejar rastro—suspira con tristeza.

Shaoran suaviza su mirada, siempre Akiho ha sido un ángel caído del cielo, caritativa con todos, amorosa y bondadosa. La carrera que ha elegido le va perfectamente.

—Tengo que felicitarte Akiho, me sorprende lo que has hecho en tan poco tiempo, ayudar a muchas mujeres que no conoces y más en su situación, habla muy bien de tí—la joven lo mira y sonríe con dulzura—. Cuenta conmigo para lo que desees.

Akiho se levanta de su asiento y corre a los brazos de Shaoran, él se sorprende al principio pero después corresponde al abrazo. Al sentir su aroma se pierde en él en un instante.

Recuerda los momentos en la universidad, las charlas en la cafetería, las salidas en grupo. Pero él siempre quiso que esas salidas sean sólo los dos. Algo que nunca se concretó.

Cuando le confesó que estaba enamorada de alguien mas, ese día fué el más negro de su vida, no solo por no haberse confesado, si no porque la perdió sin haberla tenido.

𝙐𝙣 𝙍𝙚𝙜𝙖𝙡𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙢𝙤𝙧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora