Capítulo 10.-Marioneta.

641 85 8
                                    

—¡Cómo si el gran yo lo fuese a aceptar! —exclamo con rabia.

—Pero, tienes qué —declara Dios con tranquilidad.

“Al final ¿Me veo reducido a ser una marioneta?”

Aunque, bueno, no es cómo si pudiese hacer algo más frente a este poder, realmente odio sentirme de esta manera.

—...

Le doy la espalda y comienzo a andar, alejándome de él, aunque obviamente sé que sería inútil, ya que si él así lo quisiera puede hacerme aparecer frente a él.

De cualquier manera, no quiero estar ningún sólo segundo más en su presencia.

—¿Quieres ser dios? —pregunta Dios casualmente.

Desconfiando de cada palabra me doy la vuelta y lo fulmino con la mirada.

—¿No te lo dije? Solamente necesitas encontrar mi trono, y reunir las tres llaves, si lo haces, serás dios —declara bostezando.

—¡Cómo si fuera a hacer lo que dices! —exclamo reanudando mi marcha.

Escucho su desagradable risa, antes de finalmente despertar, en lo que parece una clínica.

No hay nadie a mi alrededor, ni siquiera Adrienne, por lo que cubro mi rostro con mis manos.

Frustración, ese es el sentimiento que predomina en mí, pese a saber el culpable indirecto de todo esto, ni puedo decirlo ni puedo hacer nada para evitarlo.

Así de aterrador es un dios, un simple capricho suyo puede condenar a todo el mundo.

“No puedo hacer nada”

Además ¿Qué son esas tres llaves? ¿Y cómo encuentro el trono?

—No debes de saberlo, ni ahora ni nunca —Contrario a lo que me espero, la primera en venir es aquella pequeña demonio, con sus ojos más rojos que nunca.

Incluso su voz suena mucho más madura, de alguna manera su presencia también parece haber cambiado.

—Lamentablemente no tengo muchas maneras de venir a este mundo, pero te he de advertir que ignores todo lo que ese bastardo dice —declara con una expresión de odio.

Incluso se muerde el labio, por lo que puedo asumir que lo conoce, pero ¿Quién es ella? De alguna forma se siente como alguien totalmente diferente.

—Soy aquella a quién conocen como "Jueza", la menor de la triada primigenia, y guardiana del conocimiento, cómo tal no poseo un nombre —declara con una mirada vacía—. Por eso, ignora a ese dios, nunca te pondrá una mano encima, puede parecerlo pero no está ni cerca de ser omnipotente.

“¿Eh?”

—Lo único que hace es tomar prestado poder del árbol del comienzo, y la cantidad que puede aprovechar aumenta con cada nuevo mundo —Comenta apretando su puño—. Utiliza almas humanas como medium para manifestarse y robar el deseo concedido por el "Juego".

Honestamente no termino de entender todo lo que esta mocosa dice, pero el gran yo en definitiva no es tonto, es sólo que ella no sabe explicarse.

—El juego consiste en reunir los tres tesoros de Eloah y usarlos para invocar el "Omega-Génesis", un retoño del árbol del comienzo que se alimenta de todas las almas y concede un deseo omnipotente, ese bastardo los usa para conseguir aquél deseo.

“¡Espera!”

Necesito pensarlo un poco ¿Debo de creer en esta mocosa? ¿O en las palabras del "Dios"? ¡No lo sé! Simplemente no consigo entenderlo del todo, ¿Qué debo hacer?

¿Una Segunda Oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora