Esta ropa se siente demasiado incomoda, quizás soy demasiado grande.
Aunque alguien me viera seguro pensaría que soy una pervertida o algo así por como estoy vestida.
Ah, una casa.
Entre los escombros encuentro una falda hasta los tobillos y una ¿Camisa? ¿Polo? De color café.
El no usar ropa interior me hace sentir incómoda, pero al menos es mejor a lo de antes y por si acaso voy a amarrar mi pelo como cola de caballo.
También me pondré un pañuelo para ocultar mis orejas, con la cola ya veré qué hacer.
Me siento bastante cansada, pero tengo que seguir, aunque trataré de evitar romper esta ropa porque dudo mucho poder encontrar más.
Realmente quiero descansar, ¿Qué demonios pasa con este mundo? Si tan sólo me dejasen vivir en paz todo estaría bien.
Todavía siento algo de dolor.
—¿No creeiste que habría terminado, o sí?
De alguna forma, frente a mí, con su torso desnudo y su cuerpo cubierto en heridas, está Artkuz.
—…
No dije nada, pero en mi mente le di mil vueltas al asunto, buscando una razón lógica por la cual pudiera estar de pie, si estoy segura de que apuñale su corazón, además de que lo atravesé.
—Ya te lo dije ¿No es así? No soy como los humanos que conoces ¡Todos en mi mundo nacen con una bendición!
Oye, eso es una desventaja malditamente injusta ¿No es así, Eloah?
—Esa maldita Reina, siempre dándome problemas, debí de matarla hace mucho —Artkuz comienza a tronarse el cuello.
Noto que clava su lanza en el suelo.
—Tan frágil, este mundo es una existencia tan frágil ¿De verdad crees que si mi mundo no pudo este sí? ¡No me hagas reír! Todos ustedes son tan ilusos si creen que podrán hacerlo.
Una gran ola aparece de la nada desde detrás suya e inunda el lugar, su arrastrada hasta el fondo y en cuanto puedo nado hasta la superficie para tomar al menos una bocanada de aire.
—…
Mierda, sigue con vida y se me han acabado los recursos para hacer algo ¿Que debería de hacer?
Tampoco se me ocurre nada.
Algo me arrastra de regreso al agua y por la sorpresa no soy capaz de tomar aire así que sufro por la falta de aire.
—Lo admito, te he subestimado, pero, no más —Sonríe mientras me ve hundirme.
Un brillo de su lanza me hace caer inconsciente.
¿Hipnosis o algo?
Esto es malo.
—¡Kazy!
Volteo y noto a Daries mirarme con cariño, quién me abraza con gran afecto.
—¿D-Daries?
—¡Sí!
Noto a dos personas más detras de ella, padre y madre. Al no tener palabras que decir ni tampoco la agilidad mental para formular alguna, no digo nada.
Al final tampoco importa ¿No? Son una ilusión.
—Lo estás pasando mal allá afuera ¿No? Ambas —dice padre, poniéndose en cuclillas a nuestra altura.
Abro los ojos por la sorpresa, ¿No es una ilusión?
—Lo han hecho bien —musita madre con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
¿Una Segunda Oportunidad?
FantasyCómo hijo de una pareja multimillonaria, lo tengo todo, dinero, mujeres, propiedades y lo último de tecnología. Así que ¿Por qué estoy muriendo? ¿Porqué estoy frente a esa extraño dios? ¡¿Porque soy un zorro en otro mundo?! La portada es una imagen...