Capítulo 3.-No confíes.

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Termino de beber el jugo que me ofreció antes de saber que era León y lo miro, escéptica.

—¿No estás muy tranquilo? Literalmente estás coqueteando con la persona que odiabas tanto cómo para arrojarte junto a él desde una ventana —declara suspirando.

—Bueno, nunca creí encontrarme en esta situación, es tan... Extraño —declara antes de mirarme de pies a cabeza—. No te pareces en nada ni en apariencia ni en actitud.

¿Qué fue eso? ¿Otro intento de coquetear conmigo?

Pero, esto muy extraño, no siento ira hacia esta persona, realmente no siento nada en particular.

—¿Y que quieres comer?

—¿Enserio? Tendrás una cita con alguien que es un hombre en el interior.

—¡Tú apariencia lo vale! —exclama levantando el pulgar.

Quizás mi asco se reflejó en mi cara, pues se mostró avergonzado, antes de toser y tocar un botón al lado suyo.

Una mesera entró, miró en mi dirección con cierto desagrado, para estos momentos dejé expuestas mis características de semi humana.

Tras tomar el pedido se marchó, no sin antes fulminarme con la mirada, muestro una sonrisa burlona.

—¿Puedo tocar tus orejas? —pregunta con emoción.

—Negativo, son muy sensibles —declaro cubriéndolas con mis manos.

—Ver a León hacer esa cara es extraño.

Hubo un silencio incómodo, quizás más que olvidar ese odio, sería cómo que nuestro sentimiento de nostalgia es más fuerte que un difuso recuerdo.

Además, desde que vine a este mundo he obtenido muchas más cosas que en el anterior.

—Mi nombre es Kazue, no León, señor recepcionista —declaro mirándolo fijamente.

—Has cambiado —musita.

—Renaci como una niña, en un mundo diferente y con un idioma desconocido, lo raro sería que no —declaro.

August, se pone de pie nuevamente, ante de comenzar a caminar en círculos.

—¿No te gustaría trabajar aquí? —declara con una sonrisa.

—¿Ah? Escucha, estoy buscando a mi hermana, no tengo tiempo de...

—Por eso, tenemos a la mano todo tipo de información, así que hasta que encuentres algo de tú hermana.

Volteó a verlo, luego hacia la mesa, antes de pensarlo.

—No quiero —respondo—. ¡Estamos en un mundo de fantasía! F-A-N-T-A-S-Í-A.

Golpeo suavemente la mesa con mis dedo varias veces.

—Bueno, serías una excelente chica cartel con tu apariencia, sino fueras León te habría pedido matrimonio.

Ambos por un momento imaginamos la escena antes de que nos recorra un escalofrío por el cuerpo y borremos la imágen mental de nuestras cabezas para siempre.

—Es obvio que el gran yo será una belleza —declaro con orgullo.

—¿Tú objetivo es ser una bella mujer? —preguna August.

—Ah —Oculto mi rostro avergonzado entre mis manos—. ¡En lo absoluto! Soy un hombre.

Luego de eso, y con la sirvienta mirándome ahora con lástima comenzamos a comer.

—Lo haces con elegancia ¿Es que eres una princesa o algo? —pregunta August.

—¿Quién sabe? Oye, ¿Por qué tanta curiosidad? ¿Es que quieres salir conmigo o algo?

¿Una Segunda Oportunidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora