VIII

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—Jae-eon ¿Me recuerdas? —pregunto mientras reía, la pelinegra no movió ningún musculo, sentía como cada momento que había intentado olvidar tomaba vida y se intensificaba en cada respiración que daba

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—Jae-eon ¿Me recuerdas? —pregunto mientras reía, la pelinegra no movió ningún musculo, sentía como cada momento que había intentado olvidar tomaba vida y se intensificaba en cada respiración que daba. No era capaz de responder, simplemente la chica se quedó quieta, con mucho miedo, hasta que sunoo llego a aquel cuarto.

—Cuelga el teléfono, ya— susurro Sunoo

—Oh Jae, Jae ¿tienes a alguien por allí? Papi esta allí—pregunto mientras comenzaba a reírse a carcajadas

—No— respondió la chica con un susurro, pero este apenas fue audible

—De acuerdo pequeña Jae, haremos esto muy fácil, como antes ¿recuerdas?

Sunoo la miraba esperando a aquella reaccionara y le dijera mil millones de palabras como era capaz de decirle a los demás, pero aquella reaccionaba como una persona cuando le iban a morder. Se acerco bruscamente y colgó el teléfono

—¿Quién era? —pregunto sin rodeos—¿Sabes quién era esa persona?

—Si—respondió preocupada

Cada vez que la pelinegra recordaba se hacía un nudo en su estómago, recordabas a aquellos que se encontraban con vida y sin ella, simplemente se sentía culpable, pero no había nada que hacer, porque el daño ya había estado echo y si, los humanos prefieren salvarse a ellos antes que a los demás, pero nadie era como el pequeño Felix.

El chico rubio y de pecas, aquel que por más dolor que sintiera en su cuerpo era la mejor persona que hubiera conocido, era demasiado amable, prefería preocuparse por los demás en vez de por el mismo, y por eso mismo lo odiaba demasiado, porque prefirió morir para salvar a los demás, por más que su cuerpo no soportaba los defendía hasta que no soporto mas

11 años atrás

—Felix! Felix— grito la pequeña Jae con los ojos llenos de lágrimas intentando correr hacía el otro pequeño sin embargo aquel se encontraba en el suelo sin responder—Felix— comenzó a llorar mientras embarraba las lagrimitas de su rostro en sus mangas.

— Guarda Silencio por favor— lloro el otro pequeño que se encontraba a su lado— Felix estará en un lugar mejor, lo prometo—la abrazo

— Felix—susurro Lia mientras intentaba acercase— ¿Por qué fuiste tan bueno? Tu debías vivir lixie

—Está bien—respondió la pelinegra— Como dice Hyun-soo está en un lugar mejor, él nos ayudó mucho— le cerró los ojos al pelirrubio—

—Pero si Felix se fue al cielo, ¿nosotros a donde iremos? —pregunto Lia con los ojos llenos de lagrimas

—Al infierno— contesto un niño de cabellos morados mientras coloreaba— Donde pertenecemos, somos niños malos, niños que deberíamos morir, sin embargo, Yongbok era un niño muy bueno, muy lindo.

— No todos irán al infierno— respondió el adulto— Pueden ayudarme y nadie de aquí ira al infierno—respondió con una gran sonrisa— Oh pueden morir como Felix solo que ustedes si se irán al infierno

—¿Que tenemos que hacer? —pregunto la pequeña Lia y se acercó para que le dijeran, segundos después termino llorando y con mucho miedo

—Jae-eon— hablo sunoo sacándote de tu trance

—Mande—

—¿Que tanto pensabas? —pregunto Jake con los ojos completamente abiertos mientras negaba ligeramente con la cabeza, como si supiera lo que había pasado.

—¿Vas a ir al bosque mañana a las 8? —pregunto Ni-ki

—Si, supongo—

—Podemos hacer algo— hablo Sunghoon— No pondremos ninguna vida en riesgo, Jake y Heeseung saben hacer magia por eso leen mucho.

—Estaría bien— Dijo Ni-ki

Pasaron algunos minutos hasta que se escucharon unos golpes en la puerta, los primero fueron normales y después comenzaron a subir de tono, si, tal vez era el, así que si era él tenía que afrontar los problemas ella sola, el ya no podía hacerle daño, ella ya era libre su padre la había sacado, ahora era la nueva Jae-eon, la chica se acercó a la puerta y la abrió

y allí se encontraba, como antes, su cabello color negro, sus ojos que podían expresar todo, su rostro era idéntico, era el, era el, el seguía vivo.

—Jae, ¡Jae! — susurro, mientras la pelinegra se acercaba con una gran sonrisa y las lágrimas escurriendo de sus ojos, por fin, eran ellos, se acercaron para abrazarse y llorar juntos.

—Jae, ¡Jae! — susurro, mientras la pelinegra se acercaba con una gran sonrisa y las lágrimas escurriendo de sus ojos, por fin, eran ellos, se acercaron para abrazarse y llorar juntos

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¿Quién era para que Jae-eon tuviera una reacción así?

Echo:25/02/2021

Editado: 27/12/2022






RED MOON (ᴇɴʜʏᴘᴇɴ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora