Mariposas negras +18 (Editando)

Cap. 02

-Mucho gusto, Soy Hermione Granger- me extendió su mano y a Fleur igual.

-Y yo soy Ginny, Ginny Weasley- igualmente extendiendo sus manos.

Me presente y mi compañera hizo lo mismo, nos sentamos en nuestras camas y hablamos.

Las chicas de Gryffindor nos contaban sus aventuras los años anteriores, Fleur las miraba como si estuvieran mintiendo pero yo escuchaba atentamente todo lo que decían, se notaba que ese lugar no era nada aburrido.

-He escuchado de algo llamado "quidditch", ¿me podrían explicar qué es?- la pelirroja al oír esas palabras salir de mi boca se sentó en mi cama y empezó a explicarme a detalle que era tal deporte, se notaba que le apasionaba.
Me agradaban estas chicas, cuando la conversación se ponía interesante tocaron la puerta.

-Adelante- dijo Hermione.

-Disculpen chicas pero Dumbledore me mando a buscar a su nieta- respondió una chica morena con una sonrisa.

-Vuelvo en un rato- manifesté saliendo de la habitación- caminé junto con la morena y le pregunté su nombre.

-Soy Angelina Johnson- respondió sonriente.

Caminamos juntas hasta la oficina de mi abuelo y entre, apenas lo vi salí corriendo a abrazarlo, él era mi única familia.

-Que alegría verte hija mía- con una gran sonrisa -eres toda una señorita, haz crecido mucho- sus ojos se cristalizaron.

-Han pasado cuatro años abuelo, mi anatomía exige desarrollarse- respondí divertida con una sonrisa mientras lo abrazaba.

-Tengo tanto que contarte- se notaba la nostalgia en su voz - pero primero quiero presentarte a alguien.

La puerta de su oficina se abrió y dio paso a un chico azabache de ojos azules y lentes redondos.
Ya sabía quien era.

-Tu eres el que no dejaba de mirarme cuando entre- le regale una sonrisa pícara apuntándolo con mi dedo índice.

-Y tú eres la que me lanzo mariposas negras- aseguró con confusión.

-Veo que ya se conocen- se oyó la voz de mi abuelo -Harry ella es mi nieta.

El azabache abrió sus ojos con sorpresa -Un gusto soy Harry Potter- dijo extremadamente nervioso.

-Soy T/n Dumbledore, un gusto conocerte cuatro ojos, eres una legenda- pronuncie esto último con un poco de burla en mi voz.

-Discúlpala Harry, al parecer no es muy buena socializando, me preguntaba si podías darle un recorrido por el castillo- el chico de lentes asintió.

Salimos de su oficina y él solo iba mirando al piso con vergüenza, supongo que es por la forma en que lo pille viéndome cuando llegue, quise cortar la tensión del ambiente mientras caminábamos.

-¿Y que se siente ser tan famoso sin haberlo buscado?- pregunté como amabilidad, no quería ser sarcástica con el pobre chico.

-Difícil... aquí piensan que yo me lo busque pero no es verdad, solo quiero vivir un año normal- sus ojos observaban al frente.

-Me lo imagino, pero vele el lado bueno, en Beauxbatons todo es muy aburrido y rutinario, aquí al menos tienes un poco de diversión- alegué a tal argumento tratando de ahuyentar lo pensado del ambiente y dándole una sonrisa de consuelo a lo que me devolvió el gesto.

Me llevo por todo el castillo hasta llegar al campo.

-Y bueno aquí es donde practicamos quidditch..- no lo dejé terminar su oración ya que me apresure a hablar.

-Quiero aprender a jugarlo- me miró impresionado por mi voluntad.

-Oh claro, supongo que Dumbledore te asignará un profesor si lo deseas...

-No, quiero aprender ahora- rebatí con firmeza.

-Oh si claro, sólo tendríamos que buscarte una escoba y empe- nuevamente no lo dejé hablar.

-Accio escoba de Ginny Weasley- la escoba de la pelirroja llegó a mis manos, sé que está mal tomarla sin pedírsela pero es mejor pedir perdón que pedir permiso.

El chico me miro impresionado y luego con un Accio atrajo su escoba igualmente.

Me explico cada una de las posiciones que existen, yo solo lo escuchaba atenta, hasta que en un momento parecía que me había quedado sorda, lo miraba hablar y como el sol del atardecer iluminaba sus ojos azules, su piel era perfecta y su cabello se veía tan sedoso que me daban ganas de tocarlo. Era un chico muy bonito, pero nahh, solo eso, bonito.

-¿... Entendido?- pregunto sacándome de mi trance y yo asentí rápidamente a pesar de no haber escuchado ni la mitad de las cosas que dijo -Bueno está oscureciendo, creo que lo mejor es que vayamos adentro- continuó y empezamos a caminar de vuelta al castillo.