Cap. 47

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Estaba en la tranquilidad de mi habitación durmiendo plácidamente cuando sentí el crujido de la puerta de mi habitación al abrirse. Alegué que era producto de mi mente o un sueño, por ello no me desperté pero cuando la luz del día chocó contra mis párpados sentí la presencia de alguien más y abrí mis ojos.

Era mi abuelo, estaba ahí de pie al lado de mi cama. Estrujé mis ojos y volteé a mirarlo.

-Buenos días,- fue lo primero que soltó con su voz tan apacible -no era mi intención despertarte, solo venia a despedirme.

Desde la comodidad de mis sabanas le respondí:

-No te preocupes, está bien... ¿y Harry?

-Esta en la torre de astronomía esperándome.- aclaró -Pero bueno, estoy aquí para conversar por un momento contigo.

Decidí sentarme para escucharlo con atención y el continuo.

-Sé que no he sido el abuelo más presente, tampoco te digo que te quiero todos los días, no suelo hablar mucho contigo y que te he ocultado muchas cosas. Pero a pesar de todo eso quiero que sepas que eres lo más preciado que tengo.- se sentó a mi lado en el colchón y siguió hablando -Deseo con todo mi corazón que experimentes todo lo que una adolescente se merece, que conozcas lugares maravillosos, personas excepcionales y te enamores...- me miro de reojo con una mirada pícara acompañada de una sonrisa -aunque eso ya lo estás viviendo.- le di un pequeño golpecito en su hombro con el mío y el rió -Quiero todo eso para ti porque te quiero y no por obligación ni moral, te quiero porque me nace, porque no tengo ningún tipo de lazo sanguíneo que me ate a ti, te quiero porque yo lo he elegido y porque tú te lo has ganado, eres una jovencita maravillosa, t/n. Y por ello mereces disfrutar todo lo bueno de la vida.

Mis ojos se cristalizaron y mi respiración se agitó, no sabía ni qué decir, sus palabras simplemente ablandaron todo mi ser. Sin poder soltar oración alguna me lance sobre él a abrazarlo y apapacharlo como muestra de mi más sincero cariño.

-Te quiero tanto.- susurré en su hombro con la voz débil contra su hombro.

-Lo sé y no sabes lo feliz que eso me hace.

Cuando finalmente lo libere de mi abrazo continuo hablando.

-Pero además de lo bueno de la vida debes aceptar y aprender de todo lo malo. Recuerda que no hay arcoíris sin tormenta y que cada cicatriz en el corazón te hará más hermosa porque es una muestra de que alguna vez amaste.- lo detalle con la mirada y note que su semblante era un poco triste, supuse que con la búsqueda de los horrocruxes todo cambiaría y eso lo tenia así de cabizbajo.

-¿Andas bastante filosófico hoy, eh?- exclamé riendo pero note que el me dio una sonrisa un poco triste y entre en un debate conmigo misma, algo estaba mal, muy mal, en serio -¿Me estás ocultando algo? ¿Estas en peligro?

Espere la respuesta a mis preguntas durante varios segundos pero no respondió y eso me desesperó.

-¿Acaso esto es una despedida?- inquirí un poco enojada y en su expresión vi como entro en debate el contra sus propios pensamientos.

-No, no, no. Es un hasta luego.

Iba a hacerle más preguntas pero se levantó y de inmediato se dirigió a la puerta. Antes de salir volvió a mirarme y habló.

-Cuidare mucho a Harry, no dejare que le pase nada.- yo me levante de la cama y camine hasta el y cuando iba a hablarle me interrumpió -Te quiero, nieta mía, vuelve a dormir.

Me dio un hostil beso en la frente y con eso se fue, iba a seguirlo pero traté de calmarme. Él me había dicho que no era una despedida, tal vez yo era la loca paranoica que estaba entrando en crisis sin razón y se estaba imaginando escenarios espantosos solo por miedo de perder a un ser querido.

Mariposas negras +18 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora