Tarde del 2 de mayo de 1998.Era un anochecer común en mi habitación junto a Blaise. Ya hacían semanas de que vimos que salvaron a Luna.
No pudimos ver más a través de la bola de cristal por alguna razón que hasta la actualidad desconocíamos. Intentamos diariamente verlos pero no funcionaba.
Esa situación nos tenía tensos a Blaise, Colin y a mi.
-Admito que al principio no me agradaba Creevey pero ahora qué hay tanto silencio creo que extraño lo bullicioso que es.
Colin... mi pequeño Colin. Aunque Blaise no lo admitiera ambos lo queríamos como a un pequeño hermano y su ausencia ya empezaba a sentirse. La razón de ella es que hacía aproximadamente una semana el joven Gryffindor venía junto a mi a mi dormitorio en Slytherin para jugar cartas, ajedrez o sólo hablar con Zaza y conmigo pero el problema fue cuando los hermanos Carrow lo vieron. Al salir en camino a la sala de los Leones estos lo molieron a golpes y lo amenazaron con que si lo volvían a ver por aquí lo iban a dejar peor.
Colin como es masoquista insistió en venir de nuevo una de las mañanas en que nos encontramos en uno de los pasillos pero le recalqué que no podía ni debía y la final me obedeció.
-Yo también lo extraño, Zaza.
-¿Que quieres que hagamos? La aburrición me está matando.
-Robar comida ya no es una opción, analfabeta. Los Carrow son insoportables con sus guardias por los pasillos.
-¿Te parece bien una silenciosa ronda de ajedrez?
Asentí y empezamos a jugar.
El sigilo era palpable, espeso y rotundo. Disfrutábamos esa partida sin hablar pero el silencio no duró mucho porque alguien abrió la puerta de mi dormitorio de golpe.
El moreno y yo volteamos a ver al instante. Logré detallar a la persona que entró y al ver la túnica polvorienta acompañada de ese cabello castaño con aquellos ojos oscuros supe que era Colin.
Venía agitado, supuse que por venir corriendo. Me levante de golpe a regañarlo.
-¡Colin, te dije que no debías- me interrumpió.
-¡Harry Potter llegó! ¡Está aquí!- exclamó en un susurro impregnado de emoción.
Esas palabras se mezclaron en mi cabeza dejándome pasmada, traté de ordenar todo en mi mente y analizar la situación debidamente. Mi primera reacción fue fruncir el ceño y toda mi cara gritó un puro y sincero: "¿Qué carajos estás hablando?"
Mis neuronas despertaron después de unos segundos y lo entendí.
Harry había vuelto, ¡mi Harry había vuelto!
Debí darle a Creevey su merecido sermón por desobedecerme pero mi emoción al pensar en Potter no le dio importancia a aquello.
Mis pies se movieron solos y salí corriendo en dirección a la sala común de Gryffindor. Tantas noches sin dormir, días de investigación y espera. Solo verlo a través de un cristal y no poder sentir la calidez de su piel, su sutil olor, la ternura de sus abrazos y la suavidad de sus besos.
Iba empujando todo lo que se atravesara en mi camino, estudiantes y puertas hasta que llegué.
Los Gryffindor lo tenían rodeado y aún no lo veía. El hervor por su presencia me consumió y volví a correr, hice un lado a los estudiantes que obstruían mi paso bruscamente.
-¡Quítense ya, joder!- espeté mientras los quitaba de mi camino.
Levante mi vista al lograr apartar a todos y lo vi. Su mirada se conectó con la mía transmitiendo emociones que nadie más que nosotros podíamos sentir. Una chispa entre alegría y desesperación me poseyó. No hizo falta hablar, su linda carita acompañada de su dulce mirada y esa media sonrisa me transmitieron un:
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Mariposas negras +18 (Editando)
FanficEsta es la historia de T/n Dumbledore, nieta del poderoso mago director de Hogwarts que viene de la Academia Mágica Beauxbatons para el torneo de los tres magos, donde conocerá al niño que vivió. ¿Se enamorará de él encantador Harry Potter? -Si me...