Cap. 44

7.6K 531 776
                                    


Esa noche también estaba en la enfermería ordenando algunos almacenes cuando la puerta se abrió de golpe dando paso al mismo azabache de la noche anterior pero esta vez mucho más sonriente, contento.

-¡Hola, bonita!- me saludo moviendo su mano con sus labios estirados en una sonrisa genuina.

Me baje de donde estaba para ver qué quería.

-No me digas así,- espeté de mala gana -¿qué haces aquí? Te veo muy sano.

-Por pelearme con Ron, Dumbledore me asignó este castigo.

-Pues siento que el castigo fue indirectamente para mi ¿no había otro lugar que pudieras cuidar?

Negó con su cabeza como si fuera un pequeño niño solo obedeciendo órdenes.

-Bueno siéntate ahí y no hables.- le apunte una silla y él se sentó. Pasaron unos minutos y vi como balanceaba sus pies mientras los observaba, no sé si parecía una pequeña criaturita que necesitaba ser cuidada o un joven drogo que se había fumado la piedra filosofal. -¿Y a ti que coño te pasa?- lo mire con el ceño fruncido en pura extrañeza y él volteó a verme.

-Suerte liquida.- levantó la botellita vacía de vidrio sonriente.

Abrí mis ojos hasta mas no poder por la impresión.

-Potter, eso está mal.

-¿Dirás lo mismo del beso que me diste ayer?

-Ese besó no significó nada.

-Sabes muy bien que significó algo.- rebatió dando un paso hacia mi.

-Bueno, ¿qué quieres que te explique? Solo lo hice y ya, no tiene que significar algo.- solté con hastío. Sonó feo, pero no le preste atención.

Se extendió un silencio espeso, pesado e incluso palpable entre nosotros, decidí darme la vuelta escapando del debate que estábamos teniendo y seguir con lo que hacía antes de que él llegara.

-Tienes razón, no tiene.

-Exacto.

Lo siguiente de su parte me tomo de imprevisto:

-Entonces no te sorprendas si de repente a mí se me antoja besarte, ya sabes, sin una razón.

Me lo había dicho tan tranquilo que le había quedado una leve expresión de diversión. Y me molesto.

Volví a darme la vuelta y camine hacia el, dejando una distancia sana entre ambos.

-No, ya tienes la total libertad de besar todas las bocas que se te plazca menos la mía, eso de ayer no volverá a pasar.- entorné mi voz lo más fría e intangible posible pero él no se tensó, pero su sonrisa se borró y tomó una expresión que me dio entender que lo que diría era serio.

-Ese besó de Ginny, para mi, no significó nada.- Levante mis cejas indicándole que prosiguiera -Cuando su boca rozó la mía comprendí que sin amor todos los besos saben a lo mismo.- hizo una pequeña pausa y yo lo escuche atenta -Quiero que entiendas que sé que aquello fue un error, que con la única persona con la que quiero estar ahora y siempre es contigo.

No negaré que después de eso quería saltar a besarlo, decirle cuánto lo quería y que no volviera a traicionarme pero siempre lo he perdonado muy fácilmente, no iba a hacérsela tan sencillo esta vez.

-Bien.- me encogí de hombros y crucé mis brazos sobre mis pechos -Suponiendo que te creo... ¿cuando dejarás de besar chicas por caridad? O sea, pregunto porque algún día podría vender tus besos, ya sabes, para sacarle provecho a tu promiscuidad.

Mariposas negras +18 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora