Cap. 32

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-¡Ginny espera!- había corrido tres pisos arriba tras ella hasta que se volteó enojada -Harry y yo... no es lo que piensas.

-Entonces explícame por qué dormías de esa manera con el, abrazados t/n, ¡como un jodido par de enamorados!- espeto

-Escúchame muy bien Ginevra Molly Weasley- respondí, tal vez no de la mejor manera pero la forma en la que me hablo tampoco fue la correcta -Harry y yo no somos nada, solo somos amigos, somos... como hermanos.- mentí en esta última parte, yo jamás vería a ese azabache como un hermano.

-¡Es tu ex! Es lógico que aún te guste.

-Pero no me gusta.

-¡Pruébalo!

-Ginny yo a ti no tengo que probarte nada, confórmate con saber que él no me gusta y punto. Puedes ir y besarlo si te da la gana porque yo por él no siento nada.- mentí y note que su vista se dirigió al pie de las escaleras y volteé a ver. Potter estaba ahí escuchando todo.

-Bien, te creo- volvió sus ojos a mi con una sonrisa genuina y siguió escaleras arriba mucho más tranquila.

Harry me miro con cierta tristeza y yo lo seguí.

-Harry- no me hizo caso -Harry- tampoco -¡Harry!- exclame en un casi grito y él volteó.

-¿Que?

-Lo que escuchaste no es lo que piensas.

-Lo sé, pero igual dolió.- me dio una sonrisa triste y se fue a la sala junto a los demás.

Me senté en uno de los escalones estresada, ¿no podía durar un tiempo tranquila con Harry sin que algo sucediera?

La señora Weasley llegó y se sentó a mi lado lo cual me sorprendió bastante.

-El amor joven- suspiró -bastante complicado para corazones tan inmaduros- no sabía qué decir ante su comentario y solo le di una sonrisa a boca cerrada -No te avergüences conmigo, escuche lo qué pasó y es difícil, dos chicas y un solo chico. Creo que ambas saben a quien pertenece el corazón de Harry- me miro dulcemente -algunas veces personas secundarias salen lastimadas pero ese dolor sanara así que no debes limitarte a ser feliz con quien quieres.  

-Hermosas palabras señora Weasley, pero créame que no voy a dejar que alguien sufra por un amorío mío.

-Ese es el problema, que por no querer lastimar a una persona terminarás lastimando a dos.

-¿Dos?

-A ti y a él- apuntó con su dedo a Harry quien reía con Ron mientras recogían las cobijas y bolsas de la sala -piensa muy bien, pequeña, la vida es muy corta como para no disfrutarla junto al que amas por miedo.

Se levantó y se fue a la cocina, yo me quede ahí, mirando como una idiota enamorada a Harry mientras reía, cuando lo hacía sus ojitos se volvían pequeños tras esas gafas redondas, su piel pálida iluminada por la luz de las ventanas y sus perfectos dientes que al estar riendo se dejaban ver acompañados con pequeños y casi insonoros carcajeos. Aparte mi mirada y tapé mi cara con mis manos ¿que iba a hacer? No quería lastimar a Ginny, ella era mi amiga.

Ese día transcurrió con tranquilidad, Potter y yo distantes y la pelirroja como siempre dándole miradas extremamente coquetas que llegaban a ser incómodas.

En la noche ya todos estábamos en las habitaciones que nos correspondías, Ron compartía la suya con Harry, los gemelos dormían en la de ellos y Her y yo dormíamos en la habitación de Ginny.

-¡Chicos bajen todos!- grito la señora Weasley y todos obedecimos -miren esto- apuntó un aparato cuadrado parecido a una caja pero con la parte delantera con una especie de cristal -lo compro Arthur, es una especie de aparato muggle.

Mariposas negras +18 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora