We got married? [Lisa+JungKook]

Tareas del hogar

—"Misión de hoy para Bunipiu: Un día normal en la vida de la pareja"—Alzó una ceja, sin entender muy bien a lo que se refería la carta—"¡Hora de ser adultos responsables! Hay que cumplir con una lista de tareas básicas, dividirlas y compatibilizar para ser una pareja excepcional"—Del sobre sacó otra hoja, con la mencionada lista en ella—Oh, ya entiendo, son tareas del hogar—Se giró hacia su amigo, quien tenía una mueca de disgusto.

—Ni siquiera las hago en mi propia casa.

—Bueno, no me importa, ve a hacer las compras—Ordenó la tailandesa, levantándose del sofá y dejando la carta con el sobre en la mesilla.

—¿Y por qué yo?—JungKook frunció el ceño, observándola moverse.

—Porque está en la lista, y no limpiamos la casa desde que estamos aquí, hay que limpiar, está mugrienta ¿Quieres hacerlo tú mientras que yo voy al supermercado?—El pelinegro se levantó rápidamente, dirigiéndose al dormitorio.

Salió enseguida colocándose una chaqueta, tomó su billetera de la mesa del comedor y se dirigió a la puerta, sin esperar más.

—Nos vemos, cariñito—Cerró de un portazo sin esperar respuesta alguna, dejando a Lalisa anonadada aún de pie en la sala.

Resopló mirando a su alrededor, trazando un mapa de limpieza en su cabeza.

—Muy bien, a empezar—Dio una palmada, dirigiéndose al baño para sacar los artículos de limpieza con teléfono en mano.

Iba a necesitar ayuda para saber que hacía cada cosa.

Escuchó la puerta del apartamento de nuevo y se giró confundida, observando a su amigo limpiarse los zapatos en el tapete antes de pasar.

—Se me olvidó la lista de compras.

—No hay lista de compras—JungKook frunció el ceño.

—¿Entonces que compro?

Entró con tranquilidad a la tienda de conveniencia, ojeando la lista improvisada que él y Lalisa tuvieron que hacer hace unos 10 minutos.

Ese programa no era para nada específico.

Tomó una canasta y comenzó a caminar por el local, tomando cosas que en definitiva no estaban en la hoja y tachando las que si, con un lápiz que recogió del suelo de la zona de papelería.

Lo devolvería luego.

Observó el estante y repasó en las distintas variedades de fideos.

—¿Llevo soba, udon o ramen?—Pensó por unos segundos, para finalmente encogerse de hombros y tomar cuatro paquetes de cada uno.

No iban a ser desperdiciados de todos modos.

Llegó a las neveras y quedó fascinado con la variedad de leches de frutas, peleando internamente consigo mismo para no llevarse todas.