Capítulo 18 - Fulgor en el Ministerio y escuchando conversaciones ajenas

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Disfruten.

Una gran multitud se apretujaba frente al improvisado podium que se erguía en lugar dónde antes residía la fuente

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Una gran multitud se apretujaba frente al improvisado podium que se erguía en lugar dónde antes residía la fuente. Las personas hablaban en voz alta y muchos gritaban, haciendo que el barullo fuera cada vez más irritante. Peor fueron los gritos cuando el Ministro, Amelia, Dumbledore, Harry y Olaryx se situaron sobre él. Hacían preguntas de todo tipo y lanzaban insultos y amenazas hacia ellos, en especial a Harry.

¡SILENCIO! —profirió Dumbledore acallando a todos. El profesor respiró y sonrió de nuevo amablemente—. Sé que muchos de ustedes tienen algunas preguntas que hacernos y estaremos encantados de responder a todas la que podamos, pero... tiene que ser de forma ordenada y sin gritar para que podamos entendernos mejor.

Harry sacó su varita y con un elegante y ágil movimiento transfiguró un atril y cuatro sillas, dos de cada lado. Dumbledore se colocó pacíficamente detrás del atril y Harry y su Guardián se sentaron en las silla de la izquierda con una elegancia y refinamiento típicos de una familia sangre pura. Todos veían impactados y conmocionados la habilidad y la facilidad con la que el Niño Que Vivió realizó tan avanzada transfiguración.

—¿Preguntas? —dijo simplemente el director de Hogwarts. La conmoción siguió por unos momentos mientras Fudge y Amelia se sentaban en las otras dos sillas al lado derecho de Dumbledore. Pero al momento, precipitándose como avalancha, las preguntas comenzaron—. ¡Orden! —profirió Dumbledore expandiendo su aura mágica acallando a todos de inmediato nuevamente—: Por favor, levanten la mano, yo les doy la palabra y así vamos respondiendo a las cuestiones en orden y tranquilidad... —El director les tiró una mirada firme y fija que a muchos les intimidó—. ¿Preguntas sobre el derecho del Señor Potter para con el castillo de Hogwarts?

Inmediatamente todas las manos de los reporteros y civiles comunes se alzaron en el aire.

Dumbledore los recorrió con la mirada mientras pensaba en alguna opción que sirviera para responder a todos.

—Usted, ¿Señor...? —señaló Dumbledore a un reportero situado al frente de la multitud.

—Stilins —aclaró el hombre—, reportero de El Profeta. ¿Podría por favor respondernos por qué un niño de 13 años está al mando de tan antigua institución mágica y cómo es que el Ministerio no ha hecho nada para resolver esta situación?

—El tema ya fue zanjado en una sesión del Wizengamot hace unos cuantos días —comenzó Dumbledore—. Cómo muchos habrán leído en el reporte hecho por la señorita Skeeter en El Profeta, el Señor Potter es ahora el dueño del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Claramente la información no estaba completa, puesto que dudo mucho que la señorita Skeeter haya podido conseguir entera la noticia... El Banco Internacional Gringotts mandó una carta a las oficinas administrativas del Wizengamot para informarnos sobre esto, explicando claramente el porqué el Señor Potter ahora es el dueño del colegio. Es gracias a su herencia mágico-sanguínea, es decir, el Señor Harry Potter es descendiente directo de los cuatro fundadores de Hogwarts.

Harry Potter: El Príncipe Mago #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora