Capítulo 19 - Gato Encerrado

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Disculpen la tardanza.

Sin más que decir... Disfruten.

Harry se paseaba pensante por la Sala de Menesteres mientras Ron y Hermione se sentaban en unos cómodos muebles que allí se encontraban

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Harry se paseaba pensante por la Sala de Menesteres mientras Ron y Hermione se sentaban en unos cómodos muebles que allí se encontraban.

Harry chasqueó sus dedos, y bajo la mirada de sus dos amigos, un pergamino viejo apareció en sus manos.

Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas dijo el chico hacia el papel, para que después aparecieran todas las letras que antes había visto.

Buscaba con el dedo el nombre de alguien en específico, y no se daba cuenta de la cercanía de sus amigos con él.

—Aquí estás —susurró Harry cuando dio con el objetivo.

—¡Wow! —exclamó Ron—. ¡Amigo, ¿ese es un mapa del castillo?!

Travesura terminada —y el pergamino se quedó en blanco. Harry lo dobló y lo guardó en sus bolsillos—. Sí, me ayuda a moverme mejor por el castillo.

Hermione tenía una cara de curiosidad y suspicacia.

—Harry, ¿pero cómo es que ese mapa puede mostrar dónde están todas las personas dentro del castillo?

El pelinegro se dio un golpe mental. Claramente Hermione sí se había dado cuenta de eso, y por ahora no quería dar explicaciones.

—Es solo un encantamiento complejo. Los fundadores me ayudaron a hacerlo —respondió simplemente el chico, felicitándose internamente por su creciente habilidad para mentir.

—Oh —solo dijo Herms.

—Chicos, debo hacer algo rápidamente. Si quieren pueden quedarse aquí, o bajar a la cena que está a punto de comenzar

Sin dejar que sus amigos pronunciaran palabra, se dirigió hacia la salida de la sala. Pasando pasillo por pasillo, se encontró frente a la puerta de la oficina del profesora McGonagall.

Tocando unas dos veces.

—Oh, Señor Potter, ¿Qué se le ofrece? ¿No debería estar camino al Gran Comedor para la cena? —dijo la profesora tan solo abrir la puerta.

—Sí profesora, pero me gustaría preguntarle una cosa antes de dirigirme hacia allá, ¿podría...?

—Oh, claro, claro, Señor Potter —respondió amablemente la mujer mayor dándole paso hacia dentro de la oficina.

Harry la observó solo un poco, dándose cuenta de que no tenía nada del otro mundo. Lo único que resaltaba eran los libros en las repisas, que al parecer se estaban acomodando solos.

—Profesora McGonagall, quisiera que por favor me pudiera hablar un poco sobre la vida de mis padres mientras estaban aún en Hogwarts.

La bruja no parecía muy cómoda con la cuestión, pero realmente a Harry le importaba poco, necesitaba información. La profesora lo miró y suspiró levemente tratando de ocultarlo de Harry.

Harry Potter: El Príncipe Mago #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora