Al día siguiente Tom, el tabernero, despertó a Harry dándole un té. El niño que vivió se vistió, y trataba de convencer a Hedwig que entrara en la jaula cuando Ron entró colocándose la camisa y quejándose de Percy.
Mientras Ron se quejaba, Harry logró que Hedwig entrara en la jaula, y se percató de que Calamus no estaba, así que cuando Ron se calló decidió llamarlo.
-—Calamus —y a los segundos el fénix apareció en una llamarada suave—. Amigo, nos vamos de aquí, pero como ya te expliqué, nadie puede verte aun, lo siento... Necesito que vayas a Hogwarts y te quedes ahí hasta que yo llegue, y que nadie te vea, iré allá en el expreso, ¿de acuerdo? —explicó Harry.
Calamus asintió con el pico emitiendo un sonido suave de afirmación, y desapareció en una llamarada.
—Sigo sin creerme que tienes un fénix, es estupendo —dijo Ron.
—Bueno... Admito que sí es genial... Ron, necesito contarte algo...
Pero antes de que Harry pudiera contar algo, los gemelos entraron en la habitación, dándole felicitaciones a Ron por haber hecho enfadar a Percy.
Bajaron a desayunar y encontraron al señor Weasley, que leía la primera página de El Profeta con el entrecejo fruncido, y a la señora Weasley, que hablaba a Ginny y a Hermione de un filtro amoroso que había hecho de joven. Las tres se reían con risa floja.
—¿Qué me ibas a contar? —preguntó Ron a Harry cuando se sentaron.
—Más tarde —murmuró Harry, al mismo tiempo que Percy irrumpía en el comedor.
Con el ajetreo de la partida, Harry tampoco tuvo tiempo de hablar con Ron. Todos estaban muy ocupados bajando los baúles por la estrecha escalera del Caldero Chorreante y apilándolos en la puerta, con Hedwig y Hermes, la lechuza de Percy, encaramadas en sus jaulas. Al lado de los baúles había un pequeño cesto de mimbre que bufaba ruidosamente.
Hermione dijo a su gato que lo dejaría salir en el tren, a lo que Ron le replicó, por su rata, la cual estaba en su bolsillo acurrucada.
El señor Weasley, que había aguardado fuera a los coches del Ministerio, se asomó al interior.
—Aquí están —anunció—. Vamos, Harry.
El señor Weasley condujo a Harry a través del corto trecho de acera hasta el primero de los dos coches antiguos de color verde oscuro, los dos conducidos por brujos de mirada furtiva con uniforme de terciopelo verde esmeralda.
—Sube, Harry —dijo el señor Weasley, mirando a ambos lados de la calle llena de gente. Harry subió a la parte trasera del coche, y enseguida se reunieron con él Hermione y Ron, y para disgusto de Ron, también Percy.
El viaje hasta King's Cross fue muy tranquilo, comparado con el que Harry había hecho en el autobús noctámbulo. Los coches del Ministerio de Magia parecían bastante normales, aunque Harry vio que podían deslizarse por huecos que no podría haber traspasado el coche nuevo de la empresa de tío Vernon. Llegaron a King's Cross con veinte minutos de adelanto; los conductores del Ministerio les consiguieron carritos, descargaron los baúles, saludaron al señor Weasley y se alejaron, poniéndose, sin que se supiera cómo, en cabeza de una hilera de coches parados en el semáforo.
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Harry Potter: El Príncipe Mago #1 ✓
FanfictionPrimer libro #1. Harry Potter está destinado a ser el rey, a hacer grandes cosas, a obtener un gran poder; que aunque no lo quiera, lo necesita para su supervivencia y la de sus seres queridos. Los personajes y el ambiente pertenecen a J. K. Rowling...