Desesperación.

7K 420 55
                                    


POV : •Dominick•24.

Una semana .

Solo una semana había podido aguantar sin buscarla como el estúpido en quien me había convertido por ella, no me había podido aguantar después de haber dicho que no estaría más tras ella, aquí estaba yo como un imbécil cegado por la ira y por verla salir de aquí con esa vestimenta. La había seguido y encontrarla de esta forma no fue bueno para mí.

— ¿Qué te pasa?— pregunta con enojo queriendo salir de mi agarre mientras yo miro hacia los lados, no nos conviene hablar aquí fuera con tantos ojos que nos pueden ver, la llevo a una de las partes traseras del edificio sintiendo como se resiste  y pelea para soltarse .

— ¿Qué haces vestida así?.— cuestiono por fin  mirando su vestimenta, llevaba un vestido lila ajustado a su cuerpo y su cabello suelto .

Estaba bellísima y eso solo significaba que se había puesto hermosa para otro .

—A ti que te importa Dominick .— la miro sorprendido porque no me ha llamado señor D' Angelo sino Dominick .

— No lo volveré a preguntar Lia ¿Qué hacías en casa de ese tipo? .— rueda los ojos cansada.

— Cosas que no te importan, no puedes venir aquí y mandar como si fueras el dueño de mi vida...

— ¡Más vale que me respondas! Quiero saber que hacías aquí .— cuestiono ya saliendo de mis casillas.— ¿Estabas con tu amiguito verdad? Por eso el vestido y demás .— escupo enojado con una idea en mente .— ¿Lo hiciste con él? — pregunto con la sangre a punto de hacer ebullición.

— ¿¡Por quién me tomas imbécil!? Yo no soy ninguna puta, pero ¿Sabes qué? No me importa lo que pienses .

— ¡Maldita sea! .—grito pegando mi frente a la suya y tratando de contener el tornado que siento ahora mismo .— dime que no te acostaste con él, ¡Dímelo! porque si es así no responderé .

— Deja de meterte en mi vida, tú no eres nadie entiéndelo de una vez .— replica .

— ¡Sí soy! Y sinceramente no logro entender como con él sí te acuestas cuantas veces quieras y a mí después de una puta noche no quieres ni verme .

— No mereces ninguna explicación de mi vida personal y menos de lo que haga.— alza el mentón mirándome altiva .

— No te conformas ¿Verdad? No te basta con tener a los dos hermanos quieres más y por eso como ya estuviste en mi cama ya no te interesa más y vas por otra .— su mano choca en mi rostro haciéndome girarlo con brusquedad a un lado, la miro con furia y me acerco a ella tomándola del cuello para pegarla  a mis labios con brusquedad .

Se remueve intentando zafarse de mi agarre, pero la sostengo fuerte sin dejarla ir, mis labios exigen más de ella con cada roce y me vuelvo loco probándola otra vez , saboreo cuanto puedo mientras nuestras narices se rozan y la pego a la pared para poder alzarla, la ira va disminuyendo dándole paso al deseo que sentimos el uno por el otro y de un momento a otro sus manos dejan de forcejear y se deslizan por mi pecho hasta llegar a mi cuello para tomar mi cabello, empiezo a sentir esa corriente por todo el cuerpo y la tomo de la cintura apegándola a mi , muerde mi labio inferior y mi lengua busca entrar más allá para volver a explorarla como he deseado desde la última vez que la tuve, pero se aleja de mi dejándome vacío al instante y solo me queda pegar  mi frente a la suya sintiendo que estoy más que perdido.

— Te necesito.— suelto sin poder evitarlo mientras mi nariz sigue acariciando la suya .

— Yo ...

— Dame otra noche, te lo suplico .— ruego sin importarme lo ridiculizado que me vea .

— No .— contesta tangente .

Señor obediencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora