"El viejo yo".

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Un mes justo había pasado considerablemente para Lia y Dominick , las cosas habían cambiado y no se veía rastro del hombre rudo e incomprensible al que todos temían , Ahora  tenía una relación que se regía por el amor y el respeto mutuo que tenían entre ambos, y su familia no podía estar mejor con ello , aunque hubieran algunos intercambios las cosas iban de maravilla , pero como todo en esta vida es a base  de pruebas la suya llegaría y estaba muy cerca de explotar .

El odio es la raíz de la amargura y tras ella llegarían verdades no tan verdaderas .

                                     ***

1 mes después .

POV :•Dominick •41

Tomo a Anna en brazos y entro a casa con ella para llevarlas a la cocina y esperar el famoso postre de Alda que ya no eras más mío sino de ellas , no me molestaba para nada la presencia de la pequeña intrusa que ya no era intrusa sino princesa , sabía que era importante para Lia y si lo era para ella para mi también .

La familia completa sabía de nuestra relación aunque mi madre no le haya gustado la idea y haya  hecho berrinche por la boda de Dante no iba a poder hacer nada, él estaba decido y me constaba que nunca antes lo había visto así, por primera vez creo que estaba verdaderamente feliz . En cuanto a nuestra relación de hermanos iba recuperándose poco a poco fue un golpe certero para mí saber que él no tuvo nada que ver con Amelia y que todos estos años estuve resentido por nada, pero supe reconocer mi error y él, el suyo, estaba cociente de que las cosas eran bastante diferentes a como iniciamos y todo por que ella estaba a mi lado, estoy seguro que sin ella nada de lo que hoy es lo sería si ella no estuviera.

Miro a  Alda colocar dos copas de postre delante de ellas que empiezan a comer juntas, mi móvil suena y me disculpo para contestar, discuto algunos asuntos y los que requieren de mi presencia los dejo para después, hoy estaba muy cómodo con ellas como para dejarlas e irme .

Se pasaron la tarde completa viendo películas y comiendo mientras yo estaba en el estudio, a las ocho menos cuarenta fui a la habitación y las vi dormir a las dos plácidamente en mi cama, sonríe , últimamente me la pasaba pensando en niños y un extraño cariño que antes no sentía creció en mí , el  cual aprovechaba para expresar con Anna . Tomo el móvil y llamo a la madre Frella para pedirle disculpas y decirle que la niña se ha quedado  dormido, mañana temprano la llevaría, el orfanato tenía sus reglas pero por ser nosotros y saber en el ambiente en el cual  estaba Anna nos daba el permiso de traerla .

Tomo la manta y las cubro con ella, bajo a la cocina y tomo un vaso de agua, unos minutos después siento como alguien rodea con sus brazos mi cuerpo, no me hace falta mirar para saber quien es .

— Perdón por invadir tu cama pero es que la picola se durmió y cuando quise hacer algo también estaba dormida .— paso mi mano por detrás subiéndola a la isla frente a mi .

— A la única persona que se lo permitiría esta frente a mí y ahora a una pequeña que ha sabido colarse en nuestras vidas.

— Ella te quiere mucho, piensa que verdaderamente eres su padre, que los dos lo somos .

— Y lo estamos siendo ¿no? Ella esta con nosotros y seguiremos cuidándola .— aseguro y ella asiente más tranquila .

— Recuerda que mañana debes salir temprano para que te sobre el tiempo y asistir a la boda .

— ¿Ya arreglaste todo?.— cuestiono sorprendido.

— Sí todo está listo, solo falta pedirle permiso a la madre Frella para que Anna pueda salir .— le robo un beso .

Señor obediencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora