Capitulo 12

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Holaa, estoy muy contenta, escribi un capitulo largo, estamos a mitad de camino, espero que les guste, di lo mejor de mi, si les encantó como a mi, haganmelo saber🤗💖

Anastasia cerró la puerta de su habitación, sabía la dicha que le provocaba a su hermana el verla infeliz y el demostrarle a todos que ella siempre era la mejor y la más hermosa por ser rubia de ojos azules, pensamientos que a ella le parecían estupidos y vanales.

Caminó hacia la ventana para admirar la hermosa mañana, era radiante y cálida con los rayos del sol iluminando con fuerza, sin poder evitarlo una lágrima corrió por su mejilla pero rápidamente la limpió con la manga de su bata, ~{No derramaré más lágrimas por ellos, me prometí ser fuerte y lo seré}~.

Unos golpes en la puerta interrumpieron sus pensamientos —~{Por favor que sea Elvira}~

—Mi niña, soy yo, le traje el desayuno — Anastasia soltó todo el aire que había retenido inconscientemente y corrió a abrir la puerta.

— Madre, ¡Que alegría verte!, ven entra. ¿Puedes quedarte un momento conmigo?.

— Cariño, sabe que no debe llamarme así a menos que estemos completamente solas.

—Lo sé, lo siento.

—Descuida — sonrió —. No puedo quedarme mucho tiempo, hoy es la fiesta de su hermana, estamos todos corriendo de un lado a otro, Lady Christine está histérica, en cualquier momento le da una crisis nerviosa.

— Me lo imagino — Clavó la mirada al suelo con tristeza, el estar encerrada durante tantos días le estaba haciendo daño. Extrañaba pasar tiempo con la que para ella era su verdadera madre, y de igual forma deseaba ver a Elise.

Elvira al ver la amargura que emanaba la joven, deseó abrazarla y acompañarla, de modo que tomó la bandeja con comida y la dejó cuidadosamente en la superficie del tocador — Mi niña, venga, no me gusta verla así, sabe que yo sufro si usted sufre — Abrió sus brazos, preparada para recibirla. Anastasia se abalanzó sobre ella, y se dejó envolver en un acogedor abrazo. Lo necesitaba, cerró sus ojos y aspiró el aroma a canela que desprendía Elvira, aquella fragancia que la tranquilizaba desde que era sólo un bebé.

— ¿Te había dicho que hueles a canela? Es mi aroma favorito, cuando era pequeña y me sentía triste, en tus brazos siempre encontraba la paz. Te olía, y todo se apaciguaba, nunca dejes de oler así, es maravilloso —dijo levantando su rostro y mirando a los ojos llorosos de Elvira.

— Te amo hija, jamás dejaré de oler a canela — Besó la coronilla de su cabeza con dulzura.

Por largos minutos permanecieron abrazadas, con sus corazones inundados de amor, un amor filial que no conoce de muros ni oscuridad, un cariño inmedible e inalterable.

— Volveré para traerle la cena, ahora descanse, yo iré a ayudar a su madre antes de que se arranque los pelos rubios de su cabeza — Ambas se rieron a carcajadas.

— Está bien Elvira, muchas gracias, yo leeré y escribiré para pasar el tiempo.

— Perfecto, después debes enseñarme la novela que estás escribiendo — Sonrió y acarició su mejilla.

— Si, cuando la termine, te encantará, estoy segura.

Ambas se miraron con complicidad y sonrieron. Elvira salió de la habitación a paso rápido ya que se escucharon gritos de Lady Christine.

Más tarde, con el arribo del atardecer, Anastasia escuchó el galopar y relinchar de caballos, se aproximó a la ventana, y observó la llegada de múltiples carruajes desde los que descendían hombres y mujeres ataviados con los mejores trajes, la joven estaba emocionada, en su vida había visto tanta elegancia y opulencia como en ese desfile de aristócratas.

Los pedazos de mi corazón. ~| °1 Trilogía  "Amores Verdaderos" | √ COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora