Capítulo 18

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Residencia Duques de Lancaster       Londres.

La vida ya no era igual, todo había cambiado, las heridas que Gregory llevaba en su corazón debido a la soledad que sentía en Estados unidos y a la separación abrupta de sus padres siendo pequeño, lo habían afectado de sobremanera, eso sin añadir, la exigencia que recaía sobre sus hombros al ser de la nobleza, el hijo de un Duque, uno de los más importantes de Inglaterra.

Todos aquellos sentimientos los llevaba arraigado muy dentro de su ser haciendo que por momentos su corazón se enfriara, pero desde que Anastasia llegó a su vida, todo cambio, todo mejoró, aquella muchachita de pelo oscuro y ojos color miel destruyó sus recuerdos insanos en un solo día, y es por esa razón que él se sentía orgulloso de la mujer que sería su esposa. Estaba encantado, tan enamorado que decidió que ya era hora de presentarsela a su madre, vale decir, que la insistencia de Lady Johanne lo terminó por convencer, no sin antes, contarle quién era ella.

Esta mañana sería el día en que su madre se enteraría de todo. Se levantó muy temprano, se vistió sólo con una camisa de lino y un pantalón delgado.
Hoy no vería a Anastasia, estaría en su hogar ya que a la tarde recibiría la visita de Andres, al parecer necesitaba su ayuda con Elise, no tenía mayores detalles, su amigo era muy reservado en sus cartas, se guardaba toda la información hasta el final, pero en fin, estaba emocionado. Salió de su habitación a paso rápido, bajo la escalera con dirección al patio, su madre acostumbraba a tomar el desayuno en el patio leyendo el períodico, desde que su padre no estaba, ella se había reinventado creando rutinas diferentes a las que hacía con Alexander Lancaster, solo así su ausencia era soportable.

— Madre, buenos días — Dijo Gregory abalanzándose sobre ella y besándola fugazmente en la mejilla.

Lady Johanne dió un respingo en el que soltó el periódico de sus manos — ¡¡Hijo, por todos cielos!!, no me asustes así.

— Disculpeme, es que estoy muy contento, tan contento que asustarla me pareció una excelente idea — contestó él sonriendo jubiloso.

— ¿Y a qué se debe tanta felicidad hijo mío? — preguntó a la vez que recogía el periódico.

— Tome la decisión de invitar a Anastasia a cenar el día de mañana.

— ¡¿Queee?!... Oh hijo — Lady Johanne estaba tan emocionada como él, tanto, que volvió a soltar el periódico de sus manos, pero esta vez sin intención de recogerlo nuevamente.

— Cariño, qué felicidad, he esperado este momento desde que supe que se había adueñado de tu corazón. Esto es maravilloso, pediré a la cocinera que prepare la mejor cena para mañana, y mi postre favorito; pudin de nata, ¿Crees que le guste?, espero que si — se levantó de su silla —. Iré de inmediato a la cocina  —. Sus ojos brillaban de emoción.

— No madre, antes necesito que conozca la situación de ella, siéntese por favor.

— Humm — Entrecerró los ojos —. ¿No es algo malo, verdad?.

— No sé cómo usted lo vaya a tomar madre, por esa razón, siéntese.

Así lo hizo Lady Johanne, se sentó y espero pacientemente a que su hijo dejara salir las palabras.
Al cabo de unos minutos, el rostro de su madre se empezó a desfigurar, nunca en su vida había hecho tantas muecas; frunció el ceño, abrió los ojos como plato, negó con la cabeza y pestañeó repetidamente para comprobar que lo que escuchaba era genuino y verdadero. ¿Era cierto aquella barbaridad?. La impaciencia pudo más, levantó su mano para detener a su hijo, le desesperaba pronunciarse.

— Hijo, ¿Es...es cierto todo esto que me estas contando? — pestañeó fuertemente.

— Sí madre, lamentablemente sí — La tristeza en su rostro lo confirmaba.

Los pedazos de mi corazón. ~| °1 Trilogía  "Amores Verdaderos" | √ COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora