Capítulo 21

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                          Día siguiente

Gregory se levantó decidido,
estaba enamorado de Anastasia, y nada, ni nadie cambiaría eso. La amaba tanto que daría su vida por protegerla.

Se preparó para bajar a desayunar, primero tomó un relajante baño, cambió su ropa y salió en dirección hacia el patio ya que Lady Johanne acostumbraba a desayunar leyendo el periódico al aire libre, rutina a la que él estaba mas que acostumbrado.

— Buenos días madre ¿Cómo esta?  — Se aproximó a ella y la besó en la mejilla.

— Buenos días hijo, un poco preocupada por la cena de hoy, me inquieta no saber con qué nos vayamos a encontrar. Me pone un tanto ansiosa, tu sabes que soy controladora, y esta situación, escapa de mis manos.

Gregory hizo una mueca —. La entiendo madre, a penas pude dormir, me preocupa Anastasia, me preocupa su seguridad, pero estoy decidido, no permitiré que esa familia siga haciéndole daño.

— No, no debemos permitirlo, me da una rabia tan grande cuando pienso en todo, ella es tan buena, y para colmo, los sigue amando a pesar de todo —suspiró—. Sólo podemos confiar en que todo saldrá bien, el mal nunca triunfa hijo mio.

— Asi es madre, ruego que el plan de resultado, de lo contrario, soy capaz de raptarla y llevármela del país.

— Gregory no digas eso, recuerda mis palabras, todo saldrá bien — Aunque quiso mostrar fortaleza frente a su hijo, algo dentro de ella creció; temor, ¿Y si nada de lo que planearon resultaba?, debía tener un plan secundario bajo la manga, y ya sabía exactamente lo que haría, algo que tienta a todos los hombres, algo imposible de resistir.

—Ahora desayunemos querido, necesitamos, no debemos pensar con el estómago vacío. Lady Johanne tenía un plan en su mente, si las cosas no salen como su hijo esperaba, debía actuar de inmediato para proteger a la joven, esa era su prioridad, se lo prometió, y las promesas siempre se deben cumplir.

                           ~•~•~•~•~

Anastasia se durmió pensando en lo que ocurriría al día siguiente, tenia un nudo en su estómago, amaba a su familia, a pesar de todo el daño y el dolor, la amaba... Pero ahora todo cambió, desde que Gregory apareció en su vida ya nada era lo mismo, su prioridad era su propia felicidad, debía ser fuerte y así sería. A la mañana siguiente un fuerte golpeteo a su puerta la despertó, cuando eso ocurría no presagiaba nada bueno.

—Anastasia abre de inmediato — golpeaba insistentemente, y esa voz ya era conocida.

La joven se levantó de su cama, se atavió su bata, y abrió la puerta.

— Sí padre.

— Tendremos visitas muy importantes esta tarde, así que no está permitida tu presencia, no quiero que mis invitados vean tu desagradable rostro, te quedarás en tu habitación todo el día, y Elvira te atenderá. ¿Está claro?, no le dio tiempo de responder cuando cerró la puerta de un solo golpe.

~{¿desagradable yo?,  sí claro, él es desagradable e insoportable}~.

Por supuesto que no le haría caso, ¿Quedarse en su habitación cuando Gregory y su madre vendrían?, ni loca, bajaría, molestara a quién le molestara.

Se sentó en el borde de su cama, y esperó a que Elvira trajera su desayuno, ya que no podía poner un pie fuera de su dormitorio, eso estaba más que claro. Aunque dentro suyo se moría por desobedecer, debía seguir el plan al pie de la letra.

Tras desayunar y contar a Elvira lo que sucedería, lo que creyeron Gregory y Lady Johanne que era lo mejor, a ella no le pareció, conocía muy bien al Conde Pembroke, y llevarle la contraria siempre terminaba en tragedia, era un hombre de armas tomar, sin mencionar el importante detalle que estaba falto de cordura, pero si en algo coincidían, es que Anastasia ya no podía seguir siendo prisionera de esa familia.

Los pedazos de mi corazón. ~| °1 Trilogía  "Amores Verdaderos" | √ COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora