Capitulo 19.

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                       Día siguiente.

Anastasia despertó con el cantar de los pájaros, y con los primeros rayos luminosos del sol pegando sobre su rostro.
Se levantó rápidamente, caminó hasta la ventana y abrió por completo las cortinas, cerró sus ojos a la vez que suspiraba profundamente, ~{Se que todo saldrá bien, Dios ayúdame, que ella pueda ver que realmente amó a su hijo}~pensó.

Se alistó para bajar a tomar desayuno, estaba nerviosa, preocupada, y ansiosa a la vez. Sin embargo su familia no debía notarlo, de lo contrario, nada bueno podía esperar de ellos.
Se miró al espejo, y esbozó una sonrisa, suspiró y salió de su habitación.
Bajo la escalera, cruzó el pasillo, y llegó al salón.

— Buenos días — anunció mientras miraba rápidamente a todos.

— Buenos días — dijo Lady Christine mirándola de reojo.

— Hola nana — Alex la miró sonriente como cada mañana.

Julieta la observó con desdén desde la cabeza a los pies. — Buenos días hermanita, ¿Cómo dormiste? — sonrió forzadamente.

— Muy bien, gracias, ¿Y tú? — apenas la miró mientras se sentaba.

— Uh estupendamente bien, anoche asistí a un baile, fue maravilloso, era la más bella y mejor vestida de todas las damas, mi carnet se llenó apenas pise el salón — levantó el mentón orgullosa — estoy segura que tendré los mejores pretendientes.

— Te felicito Julieta, en ese caso, deberás escoger con el corazón y no con la mirada puesta en el título o en las riquezas, y quizás así puedas ser realmente feliz — soltó sin siquiera mirarla.

— ¿Perdón?, ¿Qué bicho te picó para que creas que puedes hablarme así? — La fulminó con la mirada —. Madre, ¿Estás escuchando como me habla esta buena para nada? — se cruzó de brazos e hizo un puchero con su boca.

Lady Christine había escuchado todo, negó con la cabeza, molesta — Anastasia, tu hermana tiene razón, esas no son maneras de hablar, disculpate con ella, ahora mismo.

Elvira entró al salón con una bandeja de frutas en sus manos, vió a Julieta con aquella expresión que hacía desde pequeña, desde que se había convertido en una niña consentida y petulante, así lograba que retaran a  Anastasia, y siempre lo conseguia, la muy grosera.

— ¿Yo?, ¿es enserio?, disculparme ¿porque?, ¿por decirle la verdad en su cara?, si es por esa razón, está bien …  — se levantó, y la miró directamente a los ojos —. Disculpame querida hermanita, por decir la verdad que a tus delicados oídos no le ha gustado, que lamentable que tu descaro y codicia no te permitan ver más allá de la punta de tu nariz.

— Maldita, eres una estúpida — Gritó Julieta encolerizada —. Te arrancaré los pelos de tu linda cabecita — Se levantó y se abalanzó sobre Anastasia arrasando con su taza de té, la que se derramó sobre la mesa, y sobre sus muslos.

— ¡Aaaah!, madre me quema, me quema — una mueca de dolor se dibujo en su rostro —. Ayúdame — Emitió un chillido.

— ¡Hijaaa! — Exclamó —. ¡Dios mío! —.
Lady Christine comenzó a gritar, ciertamente esa mujer no sabía reaccionar bajo presión. Torpemente levantó el vestido de Julieta y comenzó a soplarle las piernas con su boca y a mover las manos sin sentido alguno.

— Ten cuidado hermanita, lo que cosechamos… sembramos, a veces tarda, pero llega — Anastasia solo se limitó a observar, por un momento quiso socorrerla, pero no, debía ser fuerte, tenía un plan y debía seguirlo. Además estaba segura que el té no estaba caliente, Julieta era una exagerada y manipuladora.

Los pedazos de mi corazón. ~| °1 Trilogía  "Amores Verdaderos" | √ COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora