Anastasia iba sentada al lado de Gregory en el carruaje, estaba tan nerviosa que sus manos sudaban, incluso se encontraba mareada, tal vez el vaivén del viaje le había pasado la cuenta, o quizás su perfume extremadamente dulce, cual fuera la razón producía en su estómago unas nauseas desagradables.
— Mi amor, ¿estás bien? — pregunto él, preocupado tras verle el rostro pálido y descompuesto.
— Hmm no, la verdad es que estoy un poco nerviosa, ¿Y si no le agrado a tu madre?, ¿Si me cree oportunista?, yo no soy una reina de belleza en comparación a las demás jóvenes, me preocupa la impresión que pueda causar en ella.
— No amor — negó rápidamente —. Yo ya hablé con mi madre, le conté todo sobre ti, ella sabe quien eres, y lo que has pasado, realmente quiere conocerte — Acunó su rostro entre sus manos —. Amor mío jamás te compares con las demas, tu no tienes comparación...eres única, y yo soy el hombre más afortunado por haberte conocido —. Se inclinó hacia ella y la besó con suavidad, Anastasia cerró sus ojos, sintió que su corazón iba a estallar, un hormigueo recorría todo su cuerpo, no importaba cuántas veces él la besara, siempre la hacía sentir que para volar no necesitaba alas. Sólo un beso de sus labios la llevaban hasta el cielo, cuando se separó de ella, la joven se apoyó en su pecho y susurró —. Espero que tu madre me acepte y pueda ver lo mucho que te amo.
— Lo hará cariño — Contestó mientras acariciaba su cabello, no quiso confesarle que su madre ya la había aceptado, lo hizo desde que vió el cambio que tuvo en su vida, desde que su amor lo hizo transformarse de roca a flor, su madre jamás iba a interferir... no, ella sabía mejor que nadie lo que es el amor, y eso es lo que veía en los ojos de su hijo, un amor puro y verdadero.
Los caballos relincharon, el carruaje se detuvo... habían llegado, Gregory salió primero y extendió su mano para ayudar a bajar a Anastasia, ella la tomó y ambos caminaron hacia la entrada de la mansión.
Era una lujosa y extensa propiedad, el frente de la casa era sacado de un cuento de hadas, unas enormes columnas sostenían el segundo piso, árboles a ambos lados de la entrada, todos en una perfecta hilera, estatuas de animales decoraban una preciosa laguna rodeada de naturaleza, era simplemente perfecto.
Lady Johanne escuchó a los caballos, corrió a la entrada, y salió emocionada a recibir a su futura nuera. Caminó a paso rápido... la vió, era una pequeña joven de cabello castaño, no era como las típicas muchachas rubia de ojos azules, pero al acercarse a ella se dió cuenta que era muy hermosa, pecas decoraban su pequeña nariz respingada y parte de sus mejillas, sus ojos color miel llevaban manchas turquesas, y sonreía tímidamente, tenía una cara muy dulce.
~{Pobre, debe estar asustada}~ pensó Lady Johanne al ver su semblante.
—Anastasia, bienvenida a mi humilde hogar — sonrió alegre, se acercó a ella y la abrazó cariñosamente como si la conociera de hace mucho tiempo. Sin que Gregory se diera cuenta susurró en su oído —. Gracias por haberle devuelto la sonrisa a mi hijo, muchas gracias querida, y tranquila, que no muerdo.
La miró y sonrió, aquello provocó en Anastasia una tranquilidad enorme, todos sus nervios e inquietudes se disiparon.
—Hijo, bienvenido — se acercó y lo besó en su mejilla — Permiso querido, te la robaré un momento — le guiño el ojo, tomó el brazo de Anastasia, y caminaron a paso rápido dejando atrás a un atónito y confundido Gregory. Estaba completamente confiado en que su madre la recibiría de buena manera, pero, ¿Tan así?, ¿Estaría planeando algo?, quizás ¿Dejarlo en vergüenza?, por su mente se cruzaron fugaces recuerdos en los que su madre, de niño le advertía contarle todas sus travesuras a su futura esposa, sin embargo al instante negó con su cabeza, estaba feliz de ver a su madre ilusionada, y tranquilo de ver como Anastasia había perdido la palidez y los nervios.
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Los pedazos de mi corazón. ~| °1 Trilogía "Amores Verdaderos" | √ COMPLETA
RomanceAnastasia fue el fruto de un embarazo no deseado, el fruto de una traición. Ha crecido a la sombra de su hermana, a la que todos consideraban similar a un Ángel; de cabellos rubios, y ojos color del cielo, mientras ella, era todo lo contrario. Maltr...