Price [En Edición]

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Los nervios están a flor de piel y cada vez que se acerca el día del eclipse estamos más consciente que es posible que ese día llegue nuestra muerte.

Sabemos que nos van a buscar para matarnos, pero hemos decidido dar guerra. Paguemos el precio que sea.

-Esta es la última maleta- la voz de Adio me despierta de mi burbuja dándole la maleta a Caleb. Queremos mantener la ciudad a salvo y que mejor que tener una guerra alejada del bosque. Mi padre sabe perfectamente lo que está a poco tiempo de ocurrir. Mi madre solo sabe que voy a un viaje de excursión con los Price y con Marek.

Después de tener a Marek junto a nosotros por un par de meses descubrí que una vez más alguien que quiero me ha traicionado. Los chicos tienen un plan preparado el cual no quiero saber los detalles.

-Hija, ¿prometes cuidarte?- despedirme de mi madre hace que me duela el corazón, es la única persona que siempre ha estado en todos los momentos que fuere. La enfermedad la ha llevado bastante bien estos últimos meses, ha ido a rehabilitación y se mantiene fuerte como si no tuviera ni un resfriado. He escuchado discusiones entre papá y ella sobre tomar tratamientos más avanzados, sé a qué papá se refiere con tratamientos avanzados y no voy a dejar que con mamá cometa la misma tortura.

-Te lo prometo mamá- con el alma en las manos y las lágrimas amenazando la abrazo, y le doy un beso antes de darle la espalda, me encuentro a mi padre al otro lado con el señor Ken y solo le doy un asentamiento de despedida.

-Hija...- hace que me frene por aquella voz que he extrañado tanto, mi padre, mi figura a seguir me traicionó de la peor manera. –Espera, se te olvida algo...- trago con dificultad y me tenso ante su proximidad. Me giro para enfrentarle y solo me da una carta.

Con el ceño fruncido la tomo viendo que no tiene remitente y que ya ha sido abierta y luego vuelta a sellar.

-¿Qué es esto?-

-Tu abuelo dejó, yo no supe descifrarlo, quizás tú lo puedas entender- al principio lo dudé, pero de mala manera cogí el sobre y me subí a la camioneta sin más demoras. Me puse triste al ver a mi madre ajena a todo este tema. Me duele saber que posiblemente, sea la última vez que los vea.

El viaje para mí fue tranquilo, conduciendo iba Caleb, en el copiloto va Cara y un poco apretados en la parte trasera vamos Marek, Adio y Tarik. Caín y Khalid decidieron ir detrás de nosotros en la moto de Caín.

Los chicos van contando sus chistes malos y yo aprecio el paisaje y de vez en cuando el par que se la pasa peleando que nos toma la delantera.

-Haremos una parada, mi vejiga quiere reventar-

-Por dios Caleb, aguantas menos que una señora mayor- me rio después de tantos chistes del comentario de Adio, y solo me bajo para estirar mis piernas. Mi vista cae en el sobre que se acaba de caer y lo recojo con fastidio. Un poco me entra la curiosidad. ¿Por qué mi padre ha decidido darme esto? ¿Por qué hoy? ¿Por qué ahora tan cerca del eclipse?

Decido abrirla para hacer tiempo a que los chicos hagan lo que tengan que hacer.

Mi cara confusa no la puedo ocultar mucho ya que hay escrito solo como una especie de trabalenguas.

Del sol más ardiente y de la luna más hiriente

Nacen ellos siete de aquel eclipse resplandeciente

Un secreto habrá que guardar y una cruda verdad durmiente

Son solo sujetos usados para lo más doliente