—¿La extrañaste?— Caín suspira y me mira con esos ojos plateados.—¿Nunca te has estado ahogando? ¿Nunca has sentido esa desesperación por que entre aire a tus pulmones en vez de agua?
—Aprendí a nadar desde chica, nunca he sentido tal sensación.
—Pues es una putada— hizo una pausa como si le costara hablar —Ella es el aire que me faltaba en esos momentos, y el agua toda la mierda que se nos avecinaba.
🌘🌗🌖🌕🌔🌓🌒
⏳Flashback
Odiaba que llegara la noche. La noche es silenciosa, tanto que daba miedo. Nadie escuchaba nada, tampoco se podía ver nada. La noche era donde la manija de la puerta de mi cuarto se abría y entraba el monstruo a traerme caramelos. Yo, para ese entonces, odiaba los caramelos, odiaba la noche, odiaba que la puerta de mi cuarto se abriera.
Hace dos noches que no veo que gira la manija. A pesar de eso tampoco puedo dormir. No tengo escondite, no tengo salida, solo tengo que dejar que el monstruo me de los dulces y se vaya, solo me queda esperar.
Aquella noche como muchas otras, temblaba, no quería que sucediera, yo no quería caramelos. Ya era demasiado, me dolía más la mente que el cuerpo y no quería que doliera más.
Pero llegó, él vino, y esta vez, con un regalo, él decía que tenía que ser agradecida, tenía que darle las gracias por el regalo, como se la daba con los caramelos.
Mientras sentía su respiración en mi cuerpo, yo solo cerraba los ojos y comenzaba a contar ovejitas imaginarias. Mientras le agradecía al monstruo. Era obligatorio, tenía que hacerlo, no quería que le hicieran daño a mi familia, así que tenía que agradecer al monstruo.
—1 ovejita, 2 ovejita, 3 ovejita... 16 ovejita... 23 ovejita... 25... 30...—Desa... Desa reacciona... Des por favor— abro los ojos y despierto de aquel horrible recuerdo.
Mis mejillas están empapadas en lágrimas, estoy semidesnuda solo con mi franela de dormir y mis bragas. Estoy encharcada en sudor y bastante agitada.
Caín está a mi lado sin camisa y en bóxer. ¿Qué carajos pasó?
Caín, besos, nuestras respiraciones, más besos, sus caricias por todo mi cuerpo, negrura.
—Yo... no sé qué me ocurrió... estoy...— sí, fue otro recuerdo, eso para mí era mucho, había sobrepasado los límites que permitía mi mente, mucha información, mucho... agh mierda, otro ataque, necesitaba tranquilizarme. Me levanté rápidamente abrí la gaveta donde se encontraban mis pastillas e inmediatamente me tomé la dosis necesaria para calmarme por hoy.
Caín me miraba con total preocupación dándome espacio a que me pacificara. No dije una palabra y me metí en el baño para echarme agua en la cara y volver a ser yo al menos un treinta por ciento.
Me senté acurrucada en la cabecera de mi cama con mis pies pegados al pecho. Comenzaba a tener una recaída. Son pocas las veces que he estado en situaciones así, o sea, nunca le he mostrado ese lado que a todos le aterra porque no saben que mierda hacer con una loca dándole crisis.
—Perdón, n-no... no sé qué ocurrió—
—Tranquila no pasa nada, ¿estás mejor?
—Sí..., no... no lo sé, creo que solo necesito... descansar— ya ni siquiera puedo hablar con normalidad.
—Me quedare por si algo te vuelve a ocurrir...— quería estar sola y pensar en lo que acababa de pasar, pero no tengo ganas de discutir, así que me quedé callada —recuéstate iré a prepararte un té.
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Price [En Edición]
Gizem / Gerilim¿Cómo te sentirías al descubrir que todo en tu vida no es lo que parece? ¿Qué precio estoy pagando al vivir en una dimensión diferente, y que todo mi pasado sea una mentira? O como me dijo él una vez "que todo son verdades tan crudas que por eso es...