Metamorfosis

Capìtulo 12. *Crisis.

*Crisis.

Llegué a casa después de haber ido al gimnasio y a la heladería con Jackie, la pasé increíble con mi adorable mejor amiga, sinceramente ya la extrañaba, me había acostumbrado tanto a verla todos los días cuando íbamos juntas a clases, pero todo eso había cambiado.

Jackie tenía que hacer una tarea que era para mañana así que no me pudo acompañar a mi casa. Iba caminando por las áridas y frías calles de mi pueblo, no era un pueblo con mucha gente , ya que quedaba lejos del la ciudad, y a la gente no le gusta vivir tan lejos, pero para mí era perfecto porque entre menos gente mejor.
Mientras caminaba empecé a sentir una presión fuerte en el pecho, la respiración se me empezó a cortar y cada vez más me faltaba el aire, nunca me había dado algo así antes, no sabía que hacer, así que mejor me detuve y trate de relajarme. Pasaron como veinte minutos y ya me sentía mejor así que empecé a caminar otra vez.

Llegué a mi casa algo cansada, entré y me fui directo a la cocina a tomar un gran vaso de agua y en eso escuché a mi mamá gritar desde arriba, me asusté mucho así que subí lo más rápido que pude las escaleras para llegar a su habitación y ver qué pasaba.

—Vos y la enorme hija que me diste me tienen harto. —Escuché gritar a mi papá antes de abrir la puerta.
Me quedé helada al escuchar lo que había dicho mi padre.
—No te refieras así de ella, y tampoco la metas en esto. —Dijo mi mamá con la voz ronca.
—Hasta pena me da presentarla con mis amigos, todos tienen hijos normales. —Dijo mi papá con su voz llena de odio.
—Es mejor que te vayas de aquí, nada justifica tu infidelidad y menos cuando lo único que hice fue amarte y respetarte. —Dijo mi madre en llanto.
—Ganas no me faltan de irme de aquí, ella si me quiere. —Dijo mi padre
—Ni se te ocurra regresar o buscarnos, jamás voy a perdonarte el hecho que tu propia hija te de vergüenza. —Dijo mi mamá.
Escuché como caminaban en dirección a la puerta, intenté caminar hacia mi habitación para que no me vieran, pero las palabras de mi padre me habían dejado en un estado de Shock impresionante.

Abrieron la puerta y lo primero que ví fue a mi padre mientras abría su boca en forma de sorpresa.
—Oh cariño. —Escuché a lo lejos a mi mamá.
Tenía un gran nudo en la garganta que no me dejaba hablar, pero luché para encontrar mi voz.
—Esperaba esos comentarios de cualquier persona, pero menos de mi padre, hazte la idea de que estoy muerta y nunca vuelvas a buscarme. —Dije entre llantos y empecé a caminar rumbo a mi habitación.

Había aguantado todo tipo de comentarios ofensivos y humillantes de todo tipo de gente y me afectaban pero el escucharlo de mi padre fue una de las peores experiencias. Mi papá, era una de las personas a la que más amaba, ya que podía ser yo sin miedo a que se burlara, pero al igual que casi todos me falló.

Entré a mi habitación, encendí la luz, y me quedé arrecostada en la puerta como cinco minutos, para después quitarme los zapatos e irme a dar un baño.
Empecé a quitarme la ropa para quedar en ropa interior y me quedé parada en frente del espejo y empecé a recorrer mi cuerpo con la mirada y rompí en llanto, respiré profundo y me termine de quitar la ropa, me metí a la ducha, deje que el agua tibia llegara a mi espalda, para que después resbalara por el resto de cuerpo, otra vez empecé a sentir esa presión en el pecho, pero esta vez era más fuerte, me sentía frustrada y sólo me puse a llorar lo que empeoró todo.

Sentía como el mundo se venía abajo, escuchar eso de mi propio padre había acabado con mi estabilidad emocional, si me falló el porque no fallarme otra persona?

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Pasó una semana de eso y todo había empeorado conmigo, las crisis era más fuertes y seguidas. Ir a la escuela era algo que me provocaba ansiedad más de lo normal, me daba miedo la gente, sentía que me atacarían, pero había un motivo por el cual no dejaba de ir a clases, si, Harvey, con el y con Jackie encontraba una tranquilidad tan grande, me sentía segura cuando estaba con ellos.
Al contrario de Jackie, Harvey no sabía lo de mis crisis, no le había dicho porque me daba miedo su reacción y tampoco quería alejarlo de mi.