*Capítulo 24. *Bonita Soledad

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*Bonita Soledad.

Inicié un proceso para aprender a estar conmigo misma, en dónde mi prioridad era mi salud y yo, suena fácil pero en realidad era muy complicado porque estaba acostumbrada a poner como prioridad a las demás personas y me estaba olvidando de mi.

Las vacaciones de verano ya habían iniciado y decidí darme este tiempo solo para mí, me sentía rara porque las vacaciones siempre las pasaba junto a Jackie, pero decidí tomar el riesgo.

Jackie se iba de viaje con su papá y regreso un día antes de mi cumpleaños, aunque la iba a extrañar mucho iba a tomarme esos días solo para mí.

Mi mamá me había conseguido una cita con una amiga de ella que era psicóloga, ya había tenido mi primera sesión con ella, me fue bastante bien, ella me había dicho que yo debería dejar que las cosas fluyeran, que pasará lo que tenía que pasar y eso haría, dejaría que las cosas pasaran a cómo tenían que pasar, dejaría de estresarme por situaciones que estaban acabando con mi salud mental.

La mariposa ya está sacando sus alas, la mariposa ya está queriendo volar.

—Mamá, ya me voy al gimnasio. —Grité desde la puerta principal.

—Con cuidado cielo. —Respondió mi madre desde la cocina.

Saque mis auriculares y mi iPod para empezar a escuchar música mientras llegaba al gimnasio.

Jamás pensé que diría esto pero ir al gimnasio se había convertido en una de mis actividades favoritas, se había convertido en mi terapia, hacer ejercicio es muy satisfactorio cuando de verdad quieres cambiar.

Llegué al gimnasio y por suerte no había mucha gente, siempre coincidía con una muchacha muy simpática y amable y en algunas ocasiones habíamos entrenado juntas y hoy no fue la excepción.

—Hoy si estuvo pesado el entrenamiento. —Dijo la morena con la respiración agitada.

—Yo asentí con la cabeza y le regalé una sonrisa amable. —Hoy si terminé agotada.

—Vale pena, porque déjame te digo que ya hay resultados en tu cuerpo. —Dijo la muchacha mirándome de pies a cabeza.

—Si, y eso me pone feliz. —Dije caminando hacia la salida.

—Te miras muy bien, me alegra mucho saber que los estás logrando. —Dijo para después tomar agua.

—De verdad muchas gracias, y bueno vos no te quedas atrás, tenés un cuerpazo —Dije un poco apenada.

Y eso no era mentira, ella era muy guapa, tenía el famoso cuerpo de revista, su rostro era muy delicado, su cabello era de color negro azabache, usaba el cabello corto y liso, su piel se miraba tan saludable, sin duda alguna ella era preciosa.

—Gracias linda, nos vemos mañana. —Dijo despidiéndose.

Empezamos a caminar, cada quien por su lado, yo le volví a dar play a la música que había pausado y me dediqué a caminar y disfrutar del poco sol que había.

Las calles como siempre estaban solas, el gimnasio quedaba un poco lejos de mi casa, mi mamá siempre me decía que me llevará su auto, pero yo realmente prefería caminar, mi mente se despejaba y disfrutaba más el camino y también porque aún me daba miedo usar el auto.

Aunque era verano el Sol no calentaba pero se sentía agradable por eso prefería caminar.

A lo lejos logré ver a mi mamá en el jardín de la casa, estaba limpiando y regando las plantas que adornaban la entrada de nuestra casa.

—Hola mamá, ya llegué. —Dije acercándome a ella para depositar un beso en su cabeza.

—Hola cielo, ¿como te fué.? —Preguntó aún concentrada en sus plantas.

MetamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora