*Capítulo 14. *Todo mejor o peor.

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*Todo mejor.

Había pasado ya un mes de todo, me empezaba a sentir un poco mejor, las crisis ya no eran tan seguidas, ya empezaba a ver algunos cambios generados por el gimnasio y la dieta, después de todo ir al gimnasio con Jackie me hacía sentir mejor, era como mi terapia, podía ser yo si sentir el miedo de ser juzgada a como lo sentía en la escuela.

Con Harvey todo seguía igual, el ambiente aveces era tenso y mis sentimientos hacia el  eran aún más fuertes. Creo que no está pasando por el mejor momento, pero no puedo ayudarlo, porque ni siquiera me habla, me evita en todo momento, he intentado hablar con él pero siempre me termina ignorando, la última vez que lo ví noté que sus ojos ya no tenían aquel brillo que tanto lo caracterizaba.

Estaba afuera de mi casa esperando a mi mamá, ya que hoy me iba a llevar a la escuela, estaba sentada en las gradas de la entranda pensando cosas variadas y entre mis pensamientos apreció Harvey y al instante tenía un nudo en la garganta, sabía que él no estaba bien y odiaba la idea de no poder ayudarlo por su maldita arrogancia, nunca se dejaba ayudar, la solución para el era alejarse.

—Estás lista cariño.? —Preguntó mi madre sacándome de manera inmediata de mis pensamientos.
—Me levanté rápidamente y quedé frente de ella. —Si madre. —Respondí a medias.
—Todo bien amor.? —Preguntó con una mirada de confusión.
—Claro madre, solo tengo sueño aún. —Dije con una sonrisa triste y empecé a caminar hacia el carro.
Mi mamá no me dijo nada más, solamente empezó a caminar detrás de mí.

En todo el camino hacia la escuela no dije ni una sola palabra, no tenía ánimos de nada, no quería saber nada, mi mamá no hizo ni una pregunta referente a mi comportamiento y se lo agradezco ya que no tenía respuesta alguna.

Llegamos a la escuela, me despedí de mi madre y me bajé del carro, hoy vine bastante temprano, faltaban treinta minutos para mí primera clase, así que decidí ir al patio para pasar el rato, pasé por mi casillero para guardar mis cosas, y por suerte no estaba ni Jordan ni Margaret, empecé a caminar rumbo al patio, mientras caminaba me ponía mis audífonos para escuchar a mi poderosisimo Justin Bieber.

Estaba en un de las bancas que hay en el patio jugando con el cover de mi celular  y algo me dijo que levantara la mirada y cuando lo hice, el mundo se detuvo ya que ahí venía caminando el muchacho que me tenía más confundida que los problemas de matemáticas, su cara estaba sería y pálida, con unas ojeras provocadas por el cansancio y aún estando así se veía  tan jodidamente sexy.
Venía caminando en dirección a mi y eso me provocó muchos nervios, aunque  ya pasó algo de tiempo desde que lo conocí sigo poniéndome nerviosa. Quiero entender porque me provoca tantos nervios, nunca aprendí a manejar una situación con Harvey, los nervios siempre me dejaban en vergüenza.
En cuestión de segundos empecé a sentir como las mariposas empezaban a volar dentro de mi estómago.
Se detuvo en frente de mi, yo tuve que levantar mi cabeza para poder verlo, su semblante era serio, solo estaba ahí parado en frente de mi, sin decir ni una sola palabra, pero sus ojos me lo dijeron todo, era más que claro que no estaba bien.
Se sentó a la par mía y empezó a apretar de una forma suave mi rodilla  mientras tarareaba una canción, no logré identificar cual era ya que su voz era inaudible. Mi mirada estaba en su mano, y por primera vez me di cuenta de lo lindas que eran las manos de Harvey, con el rabillo de mi ojo logré ver qué el me estaba viendo y una pequeña sonrisa se bailaba en sus rosados labios, luché con todo mi ser para no sonreír también, es increíble lo que este niño me provoca con solo una sonrisa, y saber que me tengo que guardar todo esto que siento por mi salud mental.

Encendí mi celular para ver la hora, faltaban  diez minutos para que empezara mi clase, así que sin decir nada me puse de pies y agarre mi sudadera que estaba en el respaldar de la banca y empecé a caminar.
Dejé ahí a Harvey, por primera vez me sentía enojada con él, me moría de ganas de saber que le pasaba, porque se había alejado, quería saber para poder ayudarlo, pero tampoco podía estar detrás de el.
Cuando iba entrando al colegio sentí como alguien pasó su brazo por mi cuello, no tenía necesidad de ver quién era, porque  el perfume varonil que inundó mi nariz lo conocía perfectamente.
—Yo también te extrañé Lissa. —Dijo Harvey mientras me pegaba a su cuerpo en forma de abrazo.
—Tu indiferencia dice lo contrario. —Dije en un tono amargo.
Aún no entiendo porque me afecta tanto el hecho que Harvey se alejé de mi, sé perfectamente que no habrá nada entre nosotros, sus actitudes tan confusas no lo permitirán, no habrá nada más que una amistad.
—Estás molesta? —Preguntó con un tono un poco burlesco y de confusión.
—No, para nada, porque debería de estarlo? No me debes explicación alguna, podés hacer con tu vida lo que querrás. —Ataqué
—Wow, lo bueno es que no estás molesta. —Dijo mientras rodeaba los ojos.
—Harvey, mejor hablamos después, no estoy de ánimos. —Dije quitando su brazo de mi cuello y empezando a caminar rápido hacia mi aula.

Llegué a mi aula alterada, por suerte esta clase no la compartía con Harvey.
Por un momento pensé que ya no me hablaría más o que algo malo le había pasado o yo había hecho algo malo; me dormía pensando en que si estaba bien, si necesitaba algo, y el hecho de que venga como si nada, ni siquiera da los buenos días, me ponía molesta, y hacía que lo mirara como un arrogante.

El día de hoy pasó súper rápido, ya por fin era hora de salida, me estaba muriendo de sueño y hoy era un día perfecto para dormir, ya que hoy no habían dejado tareas, hoy no iría al gimnasio con Jackie, tenía toda la tarde y noche libre.
Salí casi corriendo del aula, pasé por mi casillero agarrando mis cosas y empecé a caminar hacia la puerta de salida, me detuve ahí para colocar mis audífonos para empezar a caminar rumbo a mi casa.

El clima no era malo, había un poco de sol pero no hacía calor, como de costumbre las calles estaban aridas, aún me da miedo pasar por estás calles, aún tengo el pensamiento de que alguien saldrá de un lugar y me hará daño, así que empecé a acelerar el paso para llegar lo más antes posible a mi casa.

A lo lejos logré ver qué estaba un carro estacionado afuera de mi casa, y no era ni el carro de mi papá, ni de mi mamá ni el del papá de Jackie, cuando estaba más cerca de mi casa logré identificar el carro, si, efectivamente era el carro de Harvey Dubois.

Aceleré el paso para llegar más rápido a dónde estaba el chico. Se encontraba sentado en las gradas de la entrada jugando con los anillos que adornaban su mano.
—Hola? Todo bien? —Pregunté haciendo que su atención se centrara en mí
—Llegaste! —Dijo en un tono triste.
Caminé hasta la puerta y abrí. —Vamos, pasa. —Dije mientras le daba un sonrisa amable.
Rápidamente el se puso de pie y entró a mi casa; se quedó ahí parado en frente de mi, sin decir una sola palabra, nos estábamos viendo fijamente y logré ver cómo sus ojos se empezaban a llenar de lagrimas.
—Lissa yo...yo...yo... —Dijo en forma de susurro.
—Sin esperar más caminé hasta donde estaba él y envolví mis brazos en su torso en forma de abrazo, y el hizo lo mismo, sentía su respiración acelerada al igual que los latidos de su corazón.
No tenía ni idea de porque se encontraba así y tampoco me sentía capaz de preguntarle, así que decidí esperar a que salga de el contarme, por el momento solo le haré saber que aquí voy a estar.

Nota de la autora: Holaaaa, pido una disculpa por estar tan desaparecida pero la escuela me ocupa todo el tiempo, pero prometo hacerme un espacio para actualizar Metamorfosis.

Que opinan de Lissa y de Harvey.?

Espero que les haya gustado este nuevo capítulo, no se olviden de votar.
Gracias
Besitos.

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