Capítulo 13. *Algo pasajero.

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~Harvey Dubois.

Ya son las dos de la madrugada y yo aún no puedo dormir, no puedo dejar de pensar en la situación de Lissa, no quiero que esté mal,   me da miedo el tan sólo pensar que le puede pasar algo o incluso, ella hacerse algo.
Quiero estar con ella, para cuidarla y para recordarle que no está sola.

Me consideraba una persona valiente, por todo lo que había pasado, pero me equivoqué, me cuesta tanto entender  cómo quiero a Lissa, me da miedo alejarla de mi.
Dónde está el chico desinteresado  al que no le importaba nada?. Probablemente Lissa sin saberlo hizo que desapareciera, me importa tanto saber cómo está, lo que le gusta, lo que quiere, cuáles eran sus metas, sus propósitos, me importa todo  referente a ella.

—En lugar de estar pensando debería de estar dormido. —Dije para mis adentros.
Puse mi celular en la mesita de noche que estaba al lado de mi cama, me acomodé para tratar de dormir y en el momento menos esperado me quedé dormido.

El sonido estresante de mi alarma me despertó, me senté en la orilla de mi cama y me quedé ahí pensando y mi primer pensamiento de la mañana fue ella, fue Lissa, se supone que lo que sentía hacía ella era algo pasajero pero mis acciones decían lo contrario.
—Porque carajos no dejo de pensar en ella.? —Dije con un tono frustrado mientras me apartaba el cabello de la cara.

Me metí a la ducha y el contacto del agua fría con mi piel hizo que el sueño se fuera al carajo.
Me vestí lo más rápido que pude ya que se me hacía tarde, baje casi corriendo las escaleras y salí rumbo a la escuela.

Por fin llegué, y faltaban diez minutos para que empezara mi primera clase.
Empecé a caminar hacia mi casillero y guardar mis cosas y en eso miré  a Lissa con Jordan,  pero no de una buena manera, el imbécil de Jordan se le estaba burlando, sin pensarlo dos veces caminé hacia ellos.
—Te vas a quedar sola por gorda. —Dijo Jordan mientras le ponía su dedo índice en la frente.
Lissa solo estaba arrecostada a uno de los casilleros con su carita toda roja y mojada por las lágrimas, verla así de mal lo único que causó fue hacerme enojar más.
—Jordan, déjala en paz. —Dije en un tono ronco y molesto.
—Si no que imbécil.? —Dijo Jordan quedando frente a mí.
—Solo déjala en paz. —Repetí aún más molesto.
—Bro, mereces a alguien mejor que ella, mereces a una chica linda. —Dijo dándome palmaditas en el hombro para después irse.

Decidí ignorar eso y me enfoque en lo más importante, calmar a Lissa.
—Quizás y tenga razón.—Dijo Lissa con su voz destrozada.
—No tiene nada de razón en ninguna de las malditas palabras que dijo. —Dije alterado
—Ni siquiera sabes lo que dijo. —Respondió Lissa.
Agarré su cara y después seque sus lágrimas. —Viniendo de Jordan no fue ni bueno  ni cierto  lo que dijo. —Dije tratando de tranquilizarla.
—Siento que no puedo más. —Dijo Lissa tapándose la cara con sus manos.
—Claro que podés, sos capaz de hacer todo lo que propongas. —Dije en un tono firme.
—Ey, dónde está la muchacha que siempre estaba a la defensiva? —Pregunté mientras me cruzaba de brazos.
—Se fue de vacaciones Harvey. —Contestó entre suspiros. —Harvey, yo, yo solo quiero estar bien y que me dejen en paz, sé perfectamente cuáles son mis defectos, se que soy un monstruo, sé que no le gusto ni gustaré a nadie, pero no es necesario que me lo recuerden a diario—Dijo sin parar de llorar.

Si supiera que me estoy enamorando perdidamente de ella, y desde mis ojos es la chica perfecta, con ella me di cuenta que los estereotipos son una mierda y que al final no importan, ella es perfecta tal y como es.
Sus ojos, sus labios, su cabello, su cuerpo, su voz, absolutamente toda ella es perfecta.

—Lissa, mírame a los ojos. —Dije tranquilo
—No. —Respondió cortante
—Agarre con delicadeza su cara para hacer que su mirada quedará en mi. —Deja de ser tan cruel con vos misma, que no te importe lo que digan los demás. —Dije en un tono molesto.
—No es fácil, sabes que se siente que todos los días de tu vida te hagan sentir basura por el simple hecho de ser gorda o por no cumplir con los estereotipos de la sociedad?, Jamás me había dolido tanto un comentario como el que me dijo Jordan antes que vos llegaras  —Dijo atacada en llanto
—Lo siento. —Dije en un tono bajo, y en realidad lo sentía, casi toda mi vida recibía comentarios burlescos de mis compañeros de la escuela, se burlaban porque no era tan atractivo y porque no tenía el dinero que ellos sí.
—No Harvey, no quiero tu lastima. —Dijo eso para después empezar a caminar hacia el patio
Empecé a caminar detrás de ella para hacerla entender que Jordan no tiene razón.
—No me sigas, quiero estar sola. —Me gritó mientras empezaba a correr.
No tenía ni idea de cómo manejar una situación así, lo único que hice fue detenerme y ver cómo pasaba la puerta y desaparecía de mi campo de visión.

Quizás fui un cobarde al no ir detrás de ella para hacerla entender, pero no sabía cómo actuar, no sabía que decirle, aveces odiaba ser tan tímido, tenía miles de cosas por decirle, pero no tenía ni idea de cómo sacarlas de mi.

El día pasó rápido, ya había llegado la hora de salida y Lissa seguía sin hablarme, y no tenía ni idea de cómo acercarme a ella sin crear un ambiente incómodo, solo quería que se diera cuenta que es perfecta tal y como es, pero mi corazón no me permitía expresar mis sentimientos.

Empecé a caminar hacía la salida, y en eso mi mirada se encontró con la mirada de la mariposa más hermosa jamás antes vista, Lissa estaba ahí parada en la gran entrada del instituto con una sonrisa triste pero a la vez adorable en su rostro, no pude evitar sonreir cuando la ví, me detuve en frente de ella, estaba más cerca de lo normal, su mirada nunca dejó la mía, su respiración se aceleraba cada vez que me acercaba más, solo eramos ella y yo, con nuestro latidos sincronizados, compartiendo la misma respiración.
A esta distancia podía apreciar aún mas su belleza, era la vista perfecta, era la vista que siempre quería tener

—Me incliné hasta llegar a la altura de su oreja y con una voz suave le susurré. —Desde mis ojos sos la mariposa más linda.
—Oh Harvey. —Dijo por lo bajo.
—Dejé un beso suave en su mejilla para después envolver mis brazos por su cintura y pegar su cuerpo con el mío, ella pasó sus brazos por mi cuello apretándome suavemente hacía ella para después enterrar su cara entre mi cuello y hombro.

No sé cuánto tiempo pasamos así pero no quería que este abrazo terminará, me tuve que separar de ella y como lo imaginé estaba toda roja y con los ojos llorosos.
—Gracias. —Dijo en un tono suave que se había convertido en mi sonido favorito.

Empezamos a caminar rumbo a la casa de Lissa. Estábamos agarrando un poco de confianza, los silencios ya no eran incómodos y los temas de conversación cada vez salían con más facilidad.
—Llegamos. —Dije haciendo un puchero, no quería dejarla, aunque ella no lo demuestre sé que hoy no está siendo un buen día para ella.
Lissa me volteo a ver y se le escapó una risita burlesca al ver mi acción.
—Estas haciendo un puchero?. —Dijo entre risas
—Simplemente sonreí y rápidamente dejé de hacer el puchero. Por Dios, que me está pasando?, Desde cuándo hago estás cosas? Esto no va conmigo.
—Harvey Dubois siendo lindo y tierno? Eso sí que es raro —Dijo ella con una sonrisa en su cara
—Oh, entonces crees que soy lindo? —Pregunté acercándome hacía las gradas de la entrada de su casa, en cuestión de segundo noté como sus mejillas se pusieron rojas y su mirada nerviosa.
—Yo... Yo... Yo no quise —Trató de decir pero  la interrumpí. —Esto es lo que causas Lis. —Dije con mi voz juguetona, ella solo me dió una mirada tierna y nerviosa  y antes que pudiera decir algo me despedí. —Hasta mañana Lissa. —Dije mientras caminaba hacía la calle y levantaba y  agitaba mi mano para despedirme, ella sólo sonrió e hizo lo mismo con la mano y cerró la puerta.

Llegué a mi casa, con una sonrisa de oreja a oreja, no podía olvidar su cara toda roja seguramente de la pena.
Este sentimiento es todo menos algo pasajero, cada vez era más fuerte, todo me recordaba a ella, y estaba rompiendo la promesa que me hice de que jamás me iba a  enamorar, pero como podía cumplirla estando Lissa cerca de mi?, Era imposible, no enamorarse de alguien como ella, de mi mariposa perfecta.

Nota de la autora: Hola  queridas (os) lectoras(es), discúlpenme por mi larga ausencia, he tenido unas semanas muy complicadas que me impedían subirles contenido, pero ya regresé.

Espero que les guste este capítulo narrado por Harvey  y si les gustó háganmelo saber en los comentarios.

Gracias por el apoyo que le han dado a Metamorfosis, estoy muy agradecida.

Besitos.

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