~Harvey Dubois.
Unas pequeñas gotas de lluvia me indicaron que ya me tenía que ir.
—Gracias por tu compañía mamá. —Dije poniéndome de pie.
Empecé a caminar para salir del cementerio, la brisa estaba un poco más fuerte, así que caminé más rápido.
El cementerio quedaba bastante lejos de mi casa, mi papá se había llevado los dos autos a su nueva casa, y yo ahora si quería ir a un lugar tenía que ir caminando, estaba la opción de ir en el autobús pero aquí en Merrickville dilataban mucho en pasar.
Desde que murió mamá, había estado viniendo todos los días al cementerio a contarle todo lo que pasaba en mi día a día, siempre que venía la sensación de soledad desaparecía.
El doctor que había atendido a mi mamá en sus últimos días, llegaba a casa muy a menudo para ver si yo estaba bien, él ya sabía que mi papá y yo no teníamos una buena relación y sabía que yo estaba solo en casa y por eso me llegaba a ver, me había conseguido una cita con un psicólogo amigo de él, él decía que era mejor ir al psicólogo que venir al cementerio, yo no lo consideraba así pero acepté ir porque sabía que era lo mejor y si quería estar bien tenía que hacerlo.
Me había dedicado caminar, la brisa se había detenido, así que saque mi celular y mis auriculares para escuchar música.
En estos últimos días la música se había convertido en mi compañía, hoy era de esos días en los que no quería nada solo perderme en la música y olvidarme de todo lo que estoy viviendo.
Ya habían pasado varias días de la última vez que miré a Lissa, recordé la discusión que habíamos tenido, la forma en la que le había hablado, no supe que me pasó ese día, simplemente exploté.
No sabía cómo acercarme a ella otra vez, por eso había tomado la decisión de alejarme para poder pensar bien las cosas y actuar de una forma correcta.
Me dolía, y mucho pero no me podía permitir hacerle daño, ella ya había sufrido mucho.
Me di cuenta que ya estaba cerca de mi casa cuando miré la casa Lissa, me sentía raro estando por estos lados sin ella, me quedé parado en frente de la casa con la esperanza de que saliera por la puerta y así poder verla, pero no pasó, pensé en ir a tocar el timbre pero mi corbardia ganó.
Recordé que su cumpleaños estaba cerca, yo había planeado algo sencillo para celebrar con ella pero ahora con mi situación no sabía si podría llevar a cabo el plan.
Llegué a mi casa. Desde que murió mi madre me había quedado solo aquí, mi papá solo vino a traer el auto que era de mamá y después no regresó más, agradecía que no regresara porque cuando lo hacía solo discutíamos y me amargaba aún más la existencia.
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Estaba acostado en la cama y mi mente no dejaba de mandarme imágenes de Lissa, la extrañaba y mucho pero yo era consiente que tenerla cerca no era lo mejor, no por ahora, me dolía muchísimo pero sabía que alejarme era lo correcto.
Mi vida en estás últimas semanas se ha convertido en una completa basura, cada día tengo un motivo menos para seguir aquí, me siento cansado y aunque no quiera aceptarlo no me gusta estar completamente solo, se sentía raro no estar con mamá o con Lissa, en la casa no había nadie para poder desahogarme y sacar todo lo que me había guardado
El hambre me había hecho bajar a la cocina para prepararme algo de comer, llevaba dos días sin probar bocado alguno, el apetito se había ido, y tenía que aprovechar justo ahora que tenía hambre para poder comer algo, ya que a mi no me hacía nada bien no comer por qué tengo anemia.
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Metamorfosis
Teen FictionLissa Miller, una joven bastante apartada y no muy sociable. En su vida se presentan una serie de sucesos que le ayudan a tomar una decisión que le ha costado mucho. Ella es una joven muy linda, con un carisma increíble, pero por desgracia no todos...