Cap. 23 Sincronía

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Ambas - respondí.

Pues primero, creo que.... mi sonrisa? Puede ser? - dijo a carcajadas con inseguridad.

Pues si pero definitivamente tus ojos son... - respondí antes de darme cuenta y quedarme en silencio.

¿Mis ojos son que? - preguntó el.

Nada, creo que tengo que irme - añadí.

Espera! - dijo deteniéndome.

Tranquila, no voy a ponerte en un momento incómodo - dijo el.

Sigamos con la charla añadió.

Me tranquilíce.

Internamente lo que más me gusta de mi creo que es mi persistencia cuando realmente quiero algo! - dijo enfocándose en mis ojos.

El noto mis nervios y rompió el hielo.

¿Y a ti que te gusta de ti? Cuéntame - dijo el.

Pues... Físicamente creo que no lo sé, podría ser mi sonrisa - añadí.

No estoy de acuerdo - dijo el.

¿Porque no? - pregunté preocupada tapándome la boca.

El comenzó a reír.

No es lo único lindo de ti, podría decir que hay muchas otras cosas - dijo el con el rostro muy relajado y firme en mi.

Mi respiración se agitaban.

Y pues... Lo que más me gusta en mi interior creo que es la tristeza, el sufrimiento, todo lo que pase me hizo lo que soy ahora - respondí.

El sonrió otra vez.

¿Sabes que me gusta de ti? - Riben  preguntó

¿Que? - pregunté está vez sin tratar de escapar.

Me gusta de ti, lo mucho que me gustas - añadió el al mismo tiempo que acarició mi rostro con cariño.

Se acercó poco a poco y Nuestra respiración comenzó a sincronizarse de la misma manera que el latido de nuestro corazón.

Nos acercamos de manera mutua, sin permiso, sin pedido, pero con un sentimiento tan diferente que solo el y yo entendíamos.

Sentí sus labios, se encontraban calientes  como el fuego a diferencia de los míos que se encontraban muy fríos y resecos por la temperatura, pero me basto tan solo unos segundos para sincronizar también la temperatura de nuestros labios y cuerpos.

No sabes la locura que llevo por no permanecer más tiempo cerca de ti, me hiere y me mata por dentro - murmuró aún cerca de mis labios.

Acaricié su rostro terminando así ese beso con una dulce sonrisa.

Ya va a amanecer - añadí viendo la luz del sol a punto de nacer.

Quisiera que está noche fuera eterna para poder quedarme junto a ti sin que nada y nadie interfiera - dijo el.

Sonreí.

¿Crees que sea un problema? - pregunté.

¿Tu y yo? - preguntó el.

Si - respondí.

Controlando El Don Donde viven las historias. Descúbrelo ahora