Cap. 50 Sentimientos confusos

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¿Cómo puedes saber eso? - pregunté.

Solamente lo sé - respondió sonriendo.

Gracias - añadí.

¿Por que? - preguntó.

Por todo lo que has hecho y sigues haciendo por mi - respondí.

No tienes por que agradecer, lo hago voluntariamente - dijo el.

Mi maestro, Paulo vino después, hablamos algunos minutos, me prometió ayudarme con mi poder y con la succión de este.

Mas tarde debia irme a la cabaña.

Busca a sus amigas para que puedan llevarla - dijo la enfermera a una asistente.

Mat apareció nuevamente por la puerta.

¿Ya te dieron de alta? - preguntó el.

Al parecer si - respondí sonriendo.

Puedes llamar a las chicas, necesito ayuda para caminar, no quieren que haga ningún esfuerzo, al menos por dos horas, me inyectaron un calmante - comenté.

Yo voy a llevarla - Mat le dijo a la enfermera.

Está bien - ella respondió quitándome la aguja.

Voy a llevarte conmigo - dijo sosteniéndome en sus brazos.

Me apoye en su hombro y lo sujete del cuello con ambas manos.

Al llegar a la cabaña los ojos de mis amigas por poco y se salían de curiosidad.

Mat me llevo a la habitación y todas vinieron atrás de nosotros.

Hermana por favor tráeme algo leve de comer - dijo el acomodandome sobre mi cama.

Tomo una manta y la coloco sobre mi.

Al mirar la escena todas comenzaron a salir lentamente de la habitación.

¿Cómo te sientes? - el preguntó.

Un poco débil aún, pero estoy mucho mejor - mencioné.

El sonrió, si necesitas cualquier cosa llámame si? - dijo el, entregándome un celular que se encontraba en su bolsillo.

Mi número ya está registrado - añadió el.

No puedo aceptarlo - añadí.

Te quitaron el tuyo en el internado, al menos me sentiré más tranquilo si lo tienes contigo - dijo poniéndolo en mis manos.

Gracias - respondí aceptando su regalo.

Descansa, me voy - dijo el dando un beso en mi frente.

¿Ya te vas? - pregunté.

Debo hacerlo, se hace tarde - respondió el.

Buenas noches - añadí sonriendo.

El salió de la habitación.

Mat hacia que mis sentimientos aumentarán más y más.

Minutos después, quedé dormida.

Al día siguiente desperté con un fuerte rayo de sol sobre mi ventana.

Escuchaba ruidos, mucha gente y música.

Me puse de pie, me arregle y dirigí a desayunar con mis amigas.

Estás despierta - dijo Clau llevándose un susto.

Si, bueno, debemos ir a entrenar no? - respondí.

Hoy no tendremos clases - dijo Fabi.

¿Por qué no? - pregunté confundida.

Todas se miraron incómodamente.

¿Que sucede? - pregunté.

Pues... Hoy tenemos que darle la bienvenida a unas personas muy importantes - dijo Fabi.

Controlando El Don Donde viven las historias. Descúbrelo ahora