Cap. 30 El Intento!

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¿Sientes menos frío? - preguntó unos segundos después.

Si, muchas gracias.

Y esa fue la finalización de nuestra charla, nos quedamos dormidos.

Al día siguiente oíamos pasos acercándose.

Mat! Mat! Escuchaste eso? - dije murmurando.

El reaccionó aún medio dormido, se puso de pie.

Hola!!! Alguien me escucha? - grito muy fuerte.

Nadie va a escucharlos, vine a traerles agua - dijo el guardia abriendo la puerta.

¿Disculpa será que puedes traernos algo de comer? - preguntó Mat.

Negativo -Dijo dejando el agua y cerrando la puerta.

Me muero de hambre - añadí.

Pasamos un día más completo en ese calabozo, comenzamos a debilitarnos poco a poco.

¿Estás bien? - pregunté.

Si, estoy bien - respondí poniendo mi mano sobre la cabeza.

Al ver su mano se asustó.

¿Que pasa? - pregunté.

No es nada! - aseguró el.

Tienes sangre en la mano! - dije exaltada, me acerque.

Minutos después comenzo a ver todo muy borroso.

Siéntate Porfavor! Ven aquí - dije apoyándolo sobre mi.

El puso la cabeza sobre mis piernas, cerro los ojos y  desvanecio al instante.

No lo curaron bien, como se les ocurre dejarlo en un lugar como este en una situación así - pensé.

Trataba de detener el sangrado con mi polera, tuve que sacármela y también la chaqueta ya que Mat se encontraba muy frío.

Pasaron algunas horas...

El sangrado se había detenido, acariciaba el rostro de Mat para que logrará reaccionar, pero me sentía débil, tenía hambre, comenzaba a sentirme muy estresada, y sentía frío.

Staicy - dijo el en la oscuridad.

Apenas lograba verlo.

Despertaste ¿Cómo te sientes? - pregunté.

Mucho mejor - dijo el agarrando mi mano con cariño.

¿Tu te sientes bien? - preguntó.

Si, aún que un poco nerviosa  - añadí.

¿Por qué puedo sentir tu piel del abdomen? - preguntó el.

Te estabas congelando y la cabeza sangrando, detuve el sangrado con mi polera y te cubrí con la chaqueta - respondí.

Se sentó de inmediato y puso su mano sobre mi abdomen.

Oye! - grite de susto, ya que no podía verlo por la oscuridad.

Estás congelandote, Porfavor ponte la chaqueta, ya no siento frío - dijo colocándola alrededor de mis hombros.

Puso su mano sobre mi rostro buscando mis labios y los encontró.

Tus labios también están muy fríos, ¿te sientes bien? - preguntó.

No exactamente - respondí, me encontraba deshidratada, congelada, y algo dentro de mi, los nervios no ayudaban.

Ya no soporto estar aquí! - grite.

Tranquilízate! - dijo el.

Trataré de comunicarme con Lana - dije poniéndome de pie.

Controlando El Don Donde viven las historias. Descúbrelo ahora