Cap. 3 Sintiendo Curiosidad

3 1 0
                                    

Veo que estás algo perdida - dijo ella.

La seguí mirando con la esperanza de una explicación.

Veo que nadie te explico cómo funcionan las cosas aquí - dijo ella con una expresión no satisfactoria.

Es que aún no comprendo, ¿como podré estar sin bañarme? No, no se puede - dije con preocupación.

Me baño todos los días, yo, yo no podría  - añadí.

No te preocupes, en ningún momento dije que no te bañaras, aquí eso lo hacemos en el río que se encuentra cerca , no puedes ir sola jamás, al menos debes ir acompañada con una persona, mientras más mejor - dijo ella.

¿Acompañada? Pero por qué? Eso no tiene sentido - respondí con curiosidad.

Deja de preguntar, son las reglas y debemos cumplirlas - añadió Lana.

Necesitaré tu ayuda, aquí todo es muy diferente - añadí.

Se quedó callada, con esa misma expresión y postura sin importancia hacia mi.

Respire profundo.

Te ayudaré - añadió.

La mire con felicidad.

Muchas gracias - le agradeci.

Esta oscureciendo y pienso que no es buena idea de que te vayas al río ahora, no nos permiten ir por la noche - dijo Lana.

¿Por qué no? - pregunté nuevamente.

¿Que te dije sobre las preguntas? - dijo ella.

Lo siento, es que no puedo evitarlo, todo es tan distinto - mencioné.

Te sugiero que lo evites, o te meteras en grandes problemas  - dijo ella.

Esa frase me preocupo.

Usa esto - dijo ella lanzando un paquete de toallas húmedas sobre mi cama.

Se que no es como un baño pero al menos te sentirás mejor, mañana te llevaré para que puedas bañarte como se debe - dijo ella.

Gracias - respondí.

Horas más tarde....

Ya son las Ocho de la noche, acuéstate y apaga la luz  - dijo Ella.

¿Estás bromeando? Es demasiado temprano - dije entre risas.

Entiendo que estés acostumbrada a dormir tarde mientras vez películas o lo que sea que hagas pero aquí las reglas son esas, y si ven nuestra habitación prendida tendremos problemas - dijo ella acostándose en su cama.

Todo me parecía demasiado extraño, jamás había conocido un lugar así en mi vida, no entendía el por qué de esas reglas, ni el por qué me encontraba en este lugar, lo único que sabía es que mi compañera de cuarto sabía muchas cosas pero no me las decía.

Apague las luces como me lo había dicho, debía ir poco a poco hasta descubrir que escondía y por qué lo hacía.

Esa noche el viento soplaba muy fuerte, debo admitir que sentía un poco de miedo, pensaba que no lograría dormir, pero por suerte el día había Sido agitado y logré hacerlo.

Controlando El Don Donde viven las historias. Descúbrelo ahora