Cap.26 El barranco

0 0 0
                                    

Lo hiciste increíble! - Dijo Lana.

Gracias, estoy tan emocionada - dije dando un super salto.

Lograste encontrar la paz que necesitabas, como lo hiciste? - preguntó ella.

Pues... Riben - mencioné.

Ella sonrió, no es la primera vez que logras controlarte gracias a Él - añadió.

¿Que quieres decir? - pregunté.

Tu me contaste que algunas veces que habías perdido el control llegaba el y con tan solo tocarte o mirarlo a los ojos, el control aparecía por si solo - dijo ella.

Tienes razón  - respondí muy pensativa.

Bien vámonos a comer algo - dijo ella.

¿Ese es Mateo? - preguntó Lana con la mirada hacia otro lado.

Seguí el lugar al que miraba.

Si parece que si es él - respondí aún concentrada.

No parece estar muy bien, mira está saltando por el muro hacia el bosque, el día de hoy nos comentaron que sería prohibido - dijo ella.

¿Por qué prohibido?- pregunté.

Es luna Llena, no sabemos por qué pero es terminante ilícito - dijo ella.

Seguimos caminando por algunos minutos.

Espera! Creo que olvide algo en el jardín - dije desviandome de a dónde hibamos.

¿Pero no hibamos a comer? - preguntó Lana.

Te veré en la cafetería - añadí.

¿No irás con Mateo Verdad? - dijo preocupada muy cerca de mi.

La mire con duda.

No tardaré, el ya me ayudó antes, y si algo le pasó? - dije enseguida.

Está bien, pero si te tardas demasiado iré a buscarte - dijo ella.

Está bien, pero no sé lo digas a nadie - añadí.

Está bien, ve y vuelve de inmediato si? Está a punto de oscurecer - dijo ella algo preocupada.

Lo haré - dije saliendo al jardín.

Subí por el muro, tratando de encontrar a Mateo pero no lo veía por ningún lado, debido a eso cruce al otro lado.

Camine para ver si lo encontraba, de lo contrario regresaría al internado.

Mat, mat! - gritaba en medio del bosque.

Seguía caminando.

Había un barranco, tube miedo de que Mateo hubiera caído por ahí, así que comencé a correr para acercarme.

Mat! - grite acercándome, por si encontraba respuesta.

Y lo ví acostado boca abajo, en el fondo del barranco.

Mat! Mat! - gritaba tratando de bajar, me resbalé, tube algunos raspones y me lastime la muñeca, pero logré llegar a dónde el se encontraba.

Mat! Mat - me arrastraba desesperada por no verlo ni siquiera moverse ni responder.

Quería levantarlo pero tenía miedo de causarle un daño mayor.

Mat ¿puedes oírme? - preguntaba una y otra vez.

Debo llamar a alguien - pensé.

Controlando El Don Donde viven las historias. Descúbrelo ahora