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En ese momento el blanquecino no se encontraba en las mejores condiciones manejando. Sus ojos se había llenado de lágrimas debido a la discusión que había tenido hace unos minutos atrás con su pareja.

YoonGi realmente no entendía cuál era el afán de su novio de recordarle lo que había hecho antes. Siempre que tenía oportunidad le tiraba ciertos comentarios y él los solía dejar pasar, pensando que se los merecía debido a lo que había hecho antes, pero llegaba un punto en donde ya no lo soportaba como ahora.

Sentía que Seojoon se había sobrepasado con lo dicho y que decir de la actitud que tuvo hacía su persona. ¿Besarlo a la fuerza era realmente amor? ¿Molestarse porqué su jefe le había dado un ascenso y tirarle comentarios haciendo referencia a su infidelidad lo era en verdad?

Esas eran una de las tantas preguntas que el menor tenía en su cabeza, más que dolido por la discusión de antes, pero que más podía hacer. YoonGi ya no quería callar su pesar y él sabía que la había jodido antes, no solo por engañar a Seojoon, sino que también por haber herido a su amigo.

Su mejor amigo.

JiMin.

Piensa, sorbiendo su nariz y dejar escapar más lágrimas. Sabiendo que había herido a las dos personas que quería y amaba. Entendía a Seojoon. Él realmente lo hacía, y no era de menos, ya que le había engañado. Él tenía la culpa de que su pareja desconfiara a cada segundo de él, pero, ¿era necesario tener siempre aquella actitud? ¿Era necesario recordarle a cada segundo de su infidelidad? ¿Era necesario humillarlo y hacerle sentir mal?

YoonGi ya no sabía que era lo que estaba bien o mal en su vida, teniendo tantas preocupaciones a su paso que sentía como poco a poco se iba destruyendo el mismo.

—Y-ya no me conozco. —se dice para si mismo, mirando la autopista que tenía enfrente y seguir conduciendo sin rumbo alguno.

El blanquecino no se dio cuenta cuando detuvo su auto y salió de este, tampoco cuando estaba dando dos toques desesperados a la puerta que tenía enfrente, intentando contener sus ganas inmensas de seguir llorando, pero no teniendo éxito.

—P-por favor... —susurra bajo, queriendo que aquella puerta se abriera.

Un minuto pasó para cuando JiMin abrió la puerta. Este ya se encontraba vistiendo su pijama. Y las luces del departamento estaban apagadas, siendo el único brillo que alumbraba el que salía del televisor.

Antes de que JiMin pudiera verle bien la cara, YoonGi se abalanza sobre él en un abrazo y rompe en llanto. Esto le rompió el corazón a JiMin, ya que no había pasado tanto desde que se habían visto. Y YoonGi estaba feliz.

JiMin empuja la puerta para cerrarla, la cual se coloca el seguro sola, y envuelve el cuerpo vulnerable de su amigo en un abrazo reconfortante.

—Todo va a estar bien. —dice mientras le acaricia la espalda, sintiendo un nudo en la garganta.— Vales más de lo que te imaginas.

YoonGi niega con su cabeza, apretando el cuerpo de su mayor más contra el suyo.— P-perdón por molestarte otra v-vez. —susurra, sintiendo tan débil en ese momento.— Pero n-no sabía donde m-más ir y n-no quería estar s-solo.

—Yoonie, no tienes que estar solo nunca jamás. —le asegura, regalándole un besito en la frente antes de tomar distancia y tomar su rostro con mucha delicadeza para acariciarle las mejillas y escurrir sus lágrimas.— Gracias por venir.

짐슈 Amantes » jimsu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora