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Había pasado una hora desde que escucho la puerta cerrarse y no pudo evitar cerrar sus ojos en molestia de lo sucedido antes.

Es que, ¿cómo era posible que YoonGi le haya tratado así? ¿A caso no estaba conforme con todo lo que le daba? ¿Qué había de las increíbles posibilidades que le estaba ofreciendo en bandeja? Porque Seojoon estaba seguro que cualquier persona le encantaría recibir el trato que le daba a esta. Y al parecer a YoonGi le daba lo mismo todo y lo pudo corroborar otra vez con lo qué pasó antes.

Soltando un suspiro, el mayor deja su vaso en el respaldo del sofá de cuero negro y maldice por lo bajo. Seguía molesto por la forma de ser del blanquecino, es que, no era suficiente haberle engañado con un pobretón bueno para nada y ahora se enteraba que se había metido con su amigo. Lee Minho.

Es que, ¿podía haber algo peor que eso?

¿YoonGi no se cansaba de ser una puta?

—¿A caso debo tratarte así para que valores lo que hago? —pregunta, abriendo sus ojos y mirar la pantalla de plasma apagada enfrente de él.

Seojoon se encontraba en el living de su hogar con las luces apagadas, no pudiendo creer por las cosas que tuvo que pasar hoy día y para finalizar este, tener una pelea estúpida con su novio.

Desde que ocurrió aquello en Año Nuevo, el mayor no podía evitar pensar en con cuántos hombres más se había metido el menor, porque de algo estaba seguro y era que YoonGi le seguía engañando y si lo hizo una vez, por supuesto que lo haría una segunda y tercera vez. ¿Y quién sabe si llega a una cuarta?

Frunciendo su ceño ante tal pensamiento, Seojoon decide marcar el número de su amigo y pedirle una explicación de la razón que lo llevó a darle un ascenso a su pareja, porque dudaba mucho que YoonGi se lo haya ganando limpiamente, así que posiblemente le debió hacer algún trabajo extra a Minho para que se lo diera.

—Hola, Seojoon. —escucha a su amigo llamarle, sonando alegre por la llamada que le había dado.

«Increíble», no puede evitar pensar. «Después de tener sexo con YoonGi, actúa como si todo estuviera bien entre nosotros.»

—Hola, Minho. —saluda de igual forma, acomodándose en su lugar y cruzar las piernas.— ¿Cómo estás? ¿No te llame en un mal momento?

—Acabo de terminar las revisiones de los trabajos que YoonGi me ha entregado, de hecho. —responde.— Cómo amo a este muchacho. Me ha salvado de muchos dolores de cabeza. ¿Está contigo?

—No, no lo está. —responde seco.— De hecho se fue hace una hora porque tenía cosas que hacer, pero me hablo sobre un ascenso que le estás ofreciendo. —agrega, llegando al punto que quería.— ¿Es así Minho? ¿Le estás dando un ascenso de supervisor a mi novio?

—Sí, es cierto. —confirma.— Me dará una respuesta mañana, pero estoy casi seguro de que aceptará.

Seojoon rueda sus ojos ante la idea, porque sabía que YoonGi lo haría y desperdiciaría la única oportunidad de su vida en ser codueño de una empresa tan grande como la que tenía él.— ¿Por qué lo hiciste, Minho? ¿Por qué ahora? ¿Sabes que has arruinado mis planes que tenia con YoonGi?

—Planes. —repite.— ¿Puedo saber qué planes eran los que tenías con él?

—Hacerlo codueño de mi empresa, pero llegas tú a arruinar todo y hacer que YoonGi al final aceptara el estúpido puesto que le estás dando que el mío. —responde.

—Seojoon, no me habías comentado nada acerca de tus planes con YoonGi. —confiesa sincero.— Además, debes tener en consideración lo que YoonGi quiere para su futuro. Si aceptó el puesto que le ofrecí, seguramente es porque no se siente preparado del todo para cargar con la enorme responsabilidad que conlleva ser codueño. Y no te pongas así, hombre, porque una vez te cases lo tuyo es de YoonGi.

짐슈 Amantes » jimsu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora