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Los días pasaron al igual que las semanas y con ello el primer mes luego de lo ocurrido en Año Nuevo se hizo presente.

YoonGi se encontraba en su cuarto, acostado en la cama y mirando por la ventana, la cual aún tenían las cortinas cerradas.

Toda su habitación se veía oscura y el reloj digital que colgaba en su pared marcaba las dos de la tarde.

El blanquecino deja escapar un suspiro y cierra sus ojos con fuerzas, dejando escapar más de una lágrima que se le iban acumulando.

El blanquecino no sabía cómo todo se le había ido de las manos y terminó mal, haciéndole daño a las dos personas que quería mucho.

Seojoon ignoró sus llamadas y mensajes durante una semana completa, ni siquiera había sido capaz de abrirle la puerta las veces que fue a su casa para poder explicarle lo que había pasado, dejando al menor con una sensación horrible en su pecho.

YoonGi sabía que la había jodido, él lo tenía más que claro. Sabía que había dañado tanto a su pareja como a su mejor amigo.

—J-JiMin... —susurró entre sollozos bajos, llevando sus manos a sus ojos para evitar que más lágrimas siguieran escapando de estos, no teniendo éxito en su labor.

¿Qué sentido tenía ahora llorar por su amigo si le había herido de la peor forma posible?

YoonGi no le había visto en el banco durante todo el mes, haciendo que su pecho doliera a más no poder, pensando que posiblemente este había presentado una renuncia porque no le quería ver más.

¿Y cómo no hacerlo? Es decir, nadie querría volver a ver a la persona que le causo tanto daño como lo había hecho él y menos después de una confesión.

El menor jamás olvidaría la forma en la que su mayor se le había confesado, diciendo que él era el compañero al que se refería. JiMin realmente le había dicho que lo amaba.

—Que te amo. —confirma, sonriéndole.— Soy tu compañero de trabajo al que le gustas.

Esas palabras solían repetírsele una y otra vez luego de lo sucedido.

—Él m-me ama. —dice, sorbiendo su naricita.— Y aún así le herí.

Dejando escapar más lágrimas que caían por su rostro, se pregunta una y otra vez cómo pasó esto. Cómo JiMin se enamoró de él a pesar de todo.

«¿Qué me vio?», fueron una de sus tantas preguntas, porque al corazón de JiMin no le importo que él tuviera pareja. Su amigo fue mucho más allá de lo que él habría imaginado.

Sabía que nadie solía hablarle o invitarle a salir por Seojoon. Los pocos amigos que a tenido en el trabajo sólo han sido Jaehyun y Doyoung, y las veces que han salido desde que comenzó su relación eran contadas con una mano.

El menor no podía negar que ha querido hablar con JiMin, llamarle o enviarle algún mensaje para saber cómo estaba, pero el miedo a que este le ignorara era horrible, y tampoco estaba en sus mejores cabales y era un desastre en todos los sentidos de aquella palabra.

Luego de pasar la segunda semana, Seojoon se había dignado a responder una de las tantas llamas que le hacía al día y aceptó juntarse con él en su casa ese día, por lo cual el menor no perdió tiempo y se arregló para ir al lugar dicho anteriormente, donde le explico todo lo sucedido con su mejor amigo.

YoonGi le contó cómo empezó todo hasta el día en que se vieron, omitiendo por supuesto la confesión que JiMin le había dicho, ya que sabía los problemas que le traería aquello y ya no quería que su amigo tuviera más problemas de los que él le dejó.

짐슈 Amantes » jimsu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora