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Era sábado, el día que a todos les gusta, estaban en el Gran comedor comiendo los merodeadores no dejaban de pensar en su amiga sobre todo James que siempre la tenía en su mente. Paso un año desde que no la volvieron a ver, no les enviaba cartas así que nadie sabía dónde estaba.

Del otro lado de la mesa Frank miro la carta que le habían enviado y se sentía feliz al ver de quien era la carta que le habia llegado, él siempre le contaba todas sus cosas y siempre hablaban pero no sabía si hablaba con los otros.

Querido Frank

Te quería avisar que muchas cosas pasaron desde que me fui, no puedo creer que haya pasado un año y no pueda verte para contarte muchas cosas pero te las contare igual por carta. Bueno en resumen me entere de que soy una princesa pero eso ya lo sabias pero no soy una común ya que según mi madre tengo un don, los animales me entienden, cada cosa que hago siempre es supervisado por el consejero real que siempre está pegado a mi para ver si necesito algo. La rehabilitación no está funcionando mucho pero al menos puedo pararme pero caminar no, sé que es mucho tiempo que no puedo caminar pero dicen que es normal así que no me preocupo mucho. Me alegro por ti y por Alice, sabía que terminarían juntos y me alegra mucho, por el momento no tengo idea de que hacer ya que siempre me la paso en la biblioteca leyendo libros sobre el Reino pero también practico magia.

Te quería decir si podrían enviarme una foto de los dos, me encantaría verte a ti y a Alice junto, sé que es una relación secreta pero quiero que me manden una foto.

Te quiere Fiorella

Frank al terminar de leer la carta la guardo pero no sabía que James habia visto la carta pero no sabía quién era la persona con la que estaba hablando así que no le tomo importancia y siguió tomando su jugo de calabaza pero cuando su lechuza se fue volando busco entre las cartas algún rastro de una de su mejor amiga pero no habia ninguna eso lo desilusiono

—Que lees Lunatico – pregunto Sirius

—Es una carta de Miranda – James al escuchar su nombre volteo la cabeza mirándolo – dice que está bien pero no vendrá a vernos al volver a casa

—Porque siempre te manda cartas a ti y a nosotros no – comento Sirius enojado – ella es nuestra mejor amiga pero no nos manda cartas

—A mí me manda cartas – comento Peter – ¿Qué?

—A ti también te manda cartas – preguntaron James y Sirius al mismo tiempo

—Sí, no entiendo porque a ustedes no les manda – comento mientras continuaba comiendo su pollo frito que habia aparecido – creo que sigue enojada

—Durante un año, se nota que nos odia – comento Sirius

—No pensemos en eso, porque no mejor nos vamos al lago negro – comento Remus tratando de reanimarlos pero no funcionaba – vamos

No muy lejos de ahí se encontraba una princesa de unos catorce años leyendo un libro siendo observada por la guarda real, eso no le molestaba ya se acostumbró a que le vigilen. Ella pasaba las páginas del libro con delicadeza pero de vez en cuando tomaba pequeños sorbos de té, eso la calmaba. Escucho como la puerta se abría dejando ver a su madre que lucía un hermoso vestido verde con una corona de flores como las que usaba siempre que la veía.

—Como estas Fiorella – se sentó a un costado de la cama – te noto algo triste

—Solo quiero... quisiera poder salir de aquí y ver a mi amigo – Carola le dedica una sonrisa a su hijas – quiero ver a Frank, a Remus y Peter solo quiero eso. No me importa que me vean en esta silla solo quiero verlos, nada más

Una Snape diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora